El anterior equipo de Gobierno municipal, integrado por el PSOE y Ciudadanos, vendió el Presupuesto del Ayuntamiento de Burgos para 2023 como el «más ambicioso» de todos los tiempos con 33,8 millones de euros destinados al capítulo de inversiones. Los remanentes incorporados y las dos modificaciones realizadas, aprobadas con el nuevo equipo integrado por el PP y Vox, han permitido contar con 66,8 millones para este cometido. Una cantidad nada desdeñable para llevar a cabo cientos de actuaciones en la ciudad pero que muchas de las cuales se quedarán en el aire si no se consigue adjudicar las obras antes del 31 de diciembre y el dinero que no se gaste pasará a remanentes. Y es que la ejecución, en el ecuador del mandato, es exigua. Solo se han comprometido 8,8 millones de enero a junio, lo que supone un 13,27%.
Lo cierto es que en los próximos meses se emitirán certificaciones de grandes obras que están a punto de culminar como son las peatonalizaciones de las calles Roma y San Francisco Grandmontagne o plaza Lavaderos, así como la reparación del talud del paseo de los Pisones, el hundimiento y el carril bici de la avenida de Reyes Católicos, la urbanización de Santa Clara y Progreso o el centro de aves o de otras que se acaban de iniciar como la remodelación del parque del Castillo o las que están a punto de hacerlo como el carril bici de la calle Vitoria pero el departamento de Hacienda y Contratación municipal tendrá que emplearse a fondo para sacar adelante los correspondientes concursos.
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