La situación en Zaporiyia es "potencialmente peligrosa"

Europa Press
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El OIEA advierte que la seguridad de la planta nuclear sigue siendo muy precaria aunque celebra que Rusia y Ucrania se hayan comprometido a no atacar desde o hacia la central

Imagen de la central nuclear de Zaporiyia - Foto: ALEXANDER ERMOCHENKO

El director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, ha advertido de que la situación en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia sigue siendo "potencialmente peligrosa" a pesar del compromiso refrendado en el Consejo de Seguridad de evitar ataques que puedan provocar un incidente nuclear.

"Aunque es muy positivo que se hayan aprobado estos principios con un amplio respaldo en el Consejo de Seguridad. Es un paso adelante importante para garantizar la seguridad nuclear en la Central Nuclear de Zaporiyia, la situación general en ese lugar sigue siendo muy precaria y potencialmente peligrosa", ha afirmado Grossi en un comunicado oficial del OIEA.

Grossi se ha referido así a los cinco principios aprobados el martes en el Consejo de Seguridad para intentar evitar un accidente nuclear y para ello los países del máximo foro de la ONU, en el que participa Rusia, se han comprometido a no atacar desde o hacia la central, a no utilizarla como base de almacenamiento de armamento pesado y a proteger las estructuras, sistemas y componentes esenciales para su funcionamiento seguro y frente a actos de sabotaje.

La central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, está controlada por fuerzas rusas desde poco después de la invasión rusa de Ucrania a gran escala iniciada en febrero de 2022.

El OIEA destaca que la central depende de una línea externa de 750 kilovoltios para recibir la energía eléctrica externa necesaria para la refrigeración de los reactores y otras funciones básicas de seguridad. Además, Grossi ha pedido "intensificar los esfuerzos para garantizar un suministro eléctrico exterior predecible".

Ante la ausencia de suministro, la central depende de generadores de emergencia de diésel "una última línea de defensa en una situación evidentemente insostenible", según Grossi.