El periodo de vacaciones han llegado al vestuario del Burgos CF. Los futbolistas comienzan su periodo de asueto mientras deciden su futuro, los teléfonos de los integrantes de la dirección deportiva echan humo y otras áreas del club comienzan su trabajo para que todo esté listo para el 8 de julio, fecha en la que comenzará la pretemporada el primer equipo.

Después de una campaña en la que el estadio blanquinegro ha albergado alrededor de 30 encuentros y varios entrenamientos necesita de distintos cuidados para que la próxima campaña vuelva a estar en perfectas condiciones y cumpla con todos los requisitos que impone LaLiga.

Lo primero que se hizo fue un rapado y un escarificado para acabar con la materia orgánica que había en la hierba debido al uso. Posteriormente llegó el pinchado, que tiene como objetivo oxigenar el terreno de juego y descompactarlo. Una vez que se han realizado estas labores, llega el momento del recebado, que se trata de echar una fina arena en toda la superficie, y resembrarlo con nueva semilla.

Todo lo anterior no solo tiene un tiempo de ejecución, sino también de actuación. La mejora no es inmediata y hay que esperar a que pasen los días para que lleguen los beneficios. Todo indica que la pretemporada será exigente también para el campo y que para la última quince de julio debe estar en perfectas condiciones.

Castañares. Las mismas labores se están llevando a cabo en la ciudad deportiva para que esté lista para el 8 de julio.