Víctor encuentra la solución

B.G.R. / Burgos
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El alumno de sexto de Primaria del colegio Jesús María está entre los tres seleccionados en Castilla y León para competir en la fase nacional de la Olimpiada de Matemáticas

Víctor García Camarero posa con su diploma de ganador junto al resto de compañeros. - Foto: Luis López Araico

A sus once años, Víctor García Camarero reconoce que las matemáticas le han gustado desde pequeño. «Me las inculcaron mis padres y me explicaron que servían para todo», sostiene este alumno de sexto de Primaria del colegio Jesús María recién convertido en uno de los tres escolares que representará a Castilla y León en la fase nacional de la olimpiada alevín que organiza la asociación Miguel de Guzmán. La competición se celebrará del 27 al 30 de junio en Gran Canaria, a modo de colofón de una etapa educativa. Se siente preparado, con esperanzas de ganar, aunque sin dejar de admitir que «lo veo difícil».

Con esa misma sensación se presentó a las fases anteriores, mostrándose sorprendido por ir superándolas. Primero a la provincial, en la que concurrieron 84 estudiantes, entre los que se encontraban otros cinco compañeros del mismo centro, y después a la autonómica, con 42 representantes de siete provincias. En cada una de ellas ha demostrado su capacidad en la resolución de pruebas y problemas desde el racionamiento.

«Estaban los mejores y no me lo esperaba. Había niños muy seguros de sí mismos», asegura Víctor, a lo que su tutora, Marta Peña, añade, por el contrario, no haberse sorprendido de su clasificación. «Tiene habilidad para el pensamiento abstracto, espíritu creativo, sabe bien lo que quiere y es valiente», relata la profesora respecto a un alumno al que «todo docente le gustaría tener en clase». Extiende estas alabanzas al resto de participantes del colegio, entre los que también ha habido dos premios en la fase provincial, y lamenta que se hayan quedado fuera otros muchos con valía suficiente para acudir a la olimpiada: «No se trata de sacar las mejores notas, sino de buscar el camino para hallar la solución».

Víctor se siente orgulloso de lo que ha conseguido desde que Marta anunció en clase la competición. Ella fue la encargada de seleccionar a los escolares siguiendo ese perfil que destaca del ganador, además de las habilidades para interrelacionar las matemáticas con otras disciplinas como la música, el arte o la ciencia. Destaca la «ilusión» que manifestaron todos a la hora de enfrentarse a una «experiencia muy bonita, a un reto más, en la que lo importante, más que ganar, es haber participado». Además, reflexiona sobre el hecho de que supone un «empoderamiento» y una vivencia importante en un curso en el que cambian de etapa para iniciar la ESO en septiembre. 

En esa «salida de su zona de confort», tal y como los define la tutora, experimentaron lo que es realizar ejercicios en aulas grandes como las de la Escuela Politécnica, compartir pruebas con compañeros de otros centros burgaleses y, en el caso de Víctor, también de otras provincias en el ejercicio por equipos, además de asistir a una charla sobre la relación entre la arqueología y esta ciencia. Todo ello hace que se incremente una pasión (quiere ser ingeniero electrónico porque también le gusta programar) que ha visto reforzada en el colegio, donde, según explica Marta, se emplea una metodología de «juegos, manipulativa, transversal y en equipo que hace que les apetezca tener clase de matemáticas».