«Oña es un gran plató para historias del Medievo, la guerra o Verano Azul»

M.J.F. / Oña
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Actriz nacida en Baracaldo el 1 de agosto de 1978 pero que desciende de Oña. En su trayectoria profesional, destaca su participación en varias series de televisión de éxito, con personajes tanto fijos como secundarios. Es Begoña Maestre

Begoña Maestre es una actriz natural de Vizcaya pero con raíces familiares en Oña. Ha participado en varias series de televisión de éxito con personajes protagonistas y secundarios. Su primer papel protagonista fue Compañeros para continuar más tarde en Motivos Personales y Hospital Central. En estos momentos, da vida a Laura en la última propuesta de Tele 5 Chiringuito de Pepe. También tiene un largo recorrido en cine y teatro, destacando La Voz dormida, de Benito Zambrano, y Cyrano de Bergerac dirigida por John Strasberg. Además, la actriz cuenta con varios premios de interpretación en su haber.
 
Antes de hablar de Oña, desvélanos tu último trabajo para la televisión. 
Es Chiringuito de Pepe, una serie de televisión para Tele 5. Acabamos de terminar de grabar la segunda temporada y estamos a la espera de emisión. Es una serie fresca y dinámica, con un reparto de lujo y un equipo maravilloso. Estoy muy agradecida por formar parte de este proyecto.
Vayamos a tus raíces burgalesas. Has nacido en el País Vasco pero tienes ascendencia burgalesa, de Oña concretamente...
Sí, toda mi familia paterna es de Oña. Mi abuela es de Penches pero tanto mi padre como mis tíos nacieron en Oña.
¿Visitas con frecuencia la villa condal?  
Llevo toda mi vida viniendo a Oña, es más, me he criado aquí. Desde que tengo uso de razón veraneo en este pueblo. El último día de colegio venían a recogernos nuestros abuelos (Ino y José) con nuestras maletas en el coche, las de mi hermano Pablo, las mías y las de nuestros primos Jorge y Andrés ya que nuestros padres se quedaban en Bilbao trabajando todo el verano en el negocio familiar. Más tarde se unió mi hermano pequeño Alberto, ya que la diferencia de edad es notable. Estuve veraneando en Oña verano tras verano, Semanas Santas, puentes e incluso alguna Navidad desde aproximadamente los tres años hasta los dieciséis. Nuestros primos son nuestros hermanos. Somos cinco, «Los Pichones» por mi abuelo «Pichón». Todo el pueblo nos conoce.
¿Cuáles son tus mejores recuerdos en ella?
Las calles y rincones de Oña son las calles y rincones de mi infancia. Parte de la mujer que soy hoy tiene que ver con mis vivencias de entonces. Recuerdos  tengo muchos, las fiestas por ejemplo: la subida a San Vitores con ese olor a pino no lo olvidaré nunca, la piscina de Sotillos con su agua helada que ha sido escenario de tantos y tantos juegos para los cinco, correr la rosca, la batalla de cerveza aunque ya no se hace, excursiones a Tamayo... Desde que dejé de ir a Oña tan de seguido y bajo la tutela de mi abuela, vengo más espaciadamente. De hecho estuve una buena temporada sin venir, el trabajo, la distancia (ya que desde los dieciocho me trasladé a vivir a Madrid) e incluso las amistades hacen que tu forma de vida cambie, creces y buscas otros caminos. Ahora sin embargo vengo más: en verano o semana santa, a veces con amigos o porque sé que están mis padres por aquí. Con este trabajo tan inestable e intermitente nunca sé de que tiempo dispongo así que nunca sé cuando voy a poder volver. 
Tú eres actriz y parece que la gente de Oña tuviera un ‘gen de la interpretación’. El Cronicón es su máximo exponente. ¿Has participado alguna vez en el espectáculo?  
Viendo El Cronicón he soñado mucho. Yo era una niña cuando empezaron a hacerlo y ya entonces me parecía maravilloso. Creo, a día de hoy, que está increíblemente resuelto y llevado a cabo. Es un gran trabajo realizado por los habitantes del pueblo o gente vinculada a la villa. No son profesionales y sin embargo hacen que se te ponga la piel de gallina en muchos momentos y, desde luego, logran que sepas más de la historia del pueblo. Eso no es fácil de conseguir ni siquiera para los profesionales. Nunca participé en El Cronicón, no me digas por qué. Siempre he sido muy tímida y me daba vergüenza. Era una adolescente llena de complejos e inseguridades y simplemente me limité a disfrutarlo desde la grada. Vi muchos ensayos, eso te lo aseguro.
Oña podría ser un gran escenario cinematográfico...
¡Sin ninguna duda!. Además ofrece la posibilidad de abarcar muchas épocas: desde la Edad Media, pasando por la España de negro o la guerra civil. También en el momento actual, sería bonito ver un Verano Azul situado en el pueblo. Tiene localizaciones tan increíbles como el Monasterio, sus jardines, los montes y la calle Barruso. En lo que hoy llamamos El Jardín Secreto, cada una de las ventanas que dan a él tiene una historia que contar.