Nuevo varapalo de los tribunales al Ayuntamiento de Aranda de Duero a cuenta de la plaza de toros. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha desestimado el recurso de apelación que presentó el Consistorio arandino y ha ratificado lo ya expresado por el juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Burgos: el acuerdo que la Junta de Gobierno Local firmó en agosto de 2022 para dejar el coso taurino fuera de ordenación, después de que el TSJ revocase su licencia de primera ocupación y apertura en marzo del año pasado, queda anulado. 

Así que, a partir de ahora, lo que procede «es exigir que las obras ejecutadas en el edificio se ajusten a la licencia o licencias de obra, para así conceder la licencia de primera ocupación». Tal como remarcan los magistrados en su sentencia, se ha de efectuar la inspección final que no se realizó en 2014, que califican de «imprescindible» para determinar si realmente las obras ejecutadas se ajustan a las licencias de obra correspondientes.

Una vez que se lleve a cabo esta inspección final, «sin que el Ayuntamiento vuelva a poner más trabas», como advierte el TSJ, se abren varios escenarios. Si procede otorgar la licencia, deberá concederse. Si no procede dar la autorización, «deberán ajustarse las obras que se ejecuten a la licencia de obras concedida o deberá solicitarse nueva licencia para ajustar las obras de la licencia a las obras ejecutadas siempre y cuando lo ejecutado se ajuste a la normativa». En caso contrario y de que no se puedan legalizar, la consecuencia es clara: «Derribar estas obras».