El encarecimiento de los carburantes y de la cesta de la compra en el último año están llevando a las familias al límite. La acuciante inflación, que tan duramente está golpeando a la economía mundial, está sirviendo a la vez de acicate para impulsar el tantas veces malogrado transporte público.
Prueba de ello es el espectacular incremento en el número de pasajeros que transitan a diario por el hall de la terminal ferroviaria Rosa Manzano y el también notable alza de viajeros en la estación de autobuses de la calle Miranda. Los descuentos que han puesto en marcha diferentes administraciones públicas para potenciar esta forma de desplazarse, desde el propio Gobierno hasta los ayuntamientos, pasando por otras como la Junta, están incentivando más si cabe un cambio de rumbo en la movilidad urbana e interurbana.
El ejemplo más claro es el aumento de usuarios que optan por el tren: de los 10.900 pasajeros que se subieron o bajaron en Rosa Manzano entre enero y febrero del año pasado se ha pasado a 29.000 en ese mismo periodo de 2023, casi tres veces más. La entrada en vigor de títulos multiviaje en los servicios Avant con cuantiosos descuentos o la gratuidad de los trenes de Media Distancia han impulsado un método de transporte que no dejaba de perder usuarios desde el cambio de emplazamiento de la terminal.
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