La reactivación económica tras el parón por la pandemia elevó a cotas nunca antes vistas el precio del transporte marítimo. El 90% de las mercancías del comercio mundial se mueven a través del barco, por lo que el encarecimiento de los contenedores hizo mucho daño a las compañías.

Una vez moderado su valor, aunque aún alto, el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania siguió complicando los fletes. De este modo, el número de empresas burgalesas que registraron al menos una operación de comercio exterior durante el año pasado descendió. De las 2.041 que exportaron durante el 2021 se pasó a las 1.854 del año pasado, una caída cercana al 10% tal y como recogen las estadísticas del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Este retroceso, no obstante, no se ha traducido en una bajada del valor de las transacciones, que pasaron de los 3.461 a los 3.570 millones.

Aunque en sectores como la alimentación y las bebidas o las materias primas las firmas con actividad exportadora desde Burgos han crecido, de 483 en 2021 a 573 el año pasado y de 38 a 51 respectivamente, en otros el descenso ha sido notable. Especialmente crítica ha sido la situación entre las compañías dedicadas al comercio de manufacturas de consumo: actualmente son 247 las que envían sus productos al extranjero por las 312 del 2021. Es más, las englobadas dentro de los bienes de consumo duradero pasan de 89 a 70, mientras que el automóvil se hunde con 46 menos (de 149 a 103), los bienes de equipo pasan de 546 a 482 y las semimanufacturas de 336 a 310.

Al encarecimiento de los fletes contribuyó, en parte, situaciones como el covid-19. Aunque los efectos más duros de la pandemia se produjeron entre 2020 y 2021, hace ahora un año la ciudad de Shanghai, con el puerto más importante del mundo, se vio confinada por un brote incontrolado. El caos que se generó elevó los fletes a casi diez veces su valor normal.