Antonio Casado

CRÓNICA PERSONAL

Antonio Casado

Periodista especializado en información política y parlamentaria


Un debate desalentador

20/04/2023

De nuevo, un desalentador debate sobre el estado de la Nación so pretexto de informar sobre el papel de España en los consejos europeos. En este caso, doblemente desalentador por los condicionamientos electorales de las dos llamadas a las urnas que constan en la agenda del año.

El primero que lo hizo evidente fue el presidente del Gobierno. Sánchez convirtió el pleno de este miércoles en un mitin destinado a ensalzar las decisiones del Gobierno y denostar la querencia de la oposición por anunciar el apocalipsis si Sánchez sigue en la Moncloa.

A pesar del forzado acercamiento del Gobierno al PP en la contrarreforma de la ley del "solo sí es sí", a despecho de sus aliados independentistas y populistas de izquierdas, nada permite suponer que la parte socialista de la coalición siente la vocación de centralidad que le empuja a entenderse con el Partido Popular en los grandes temas de Estado.

Tampoco por parte del PP aparecen señales de acercamiento, como si ya hubiera asumido que afronta a cara de perro el paso por las urnas territoriales de mayo y las generales de diciembre. Basta mencionar la caracterización que su portavoz, Cuca Gamarra, de las bases sobre las que se apoya la política de Sánchez. Primer pilar, la soberbia. Segundo, la mentira. Resultado: un Gobierno en descomposición, donde sus ministros son los primeros que no le guardan el debido respeto.

Así no hay forma de esperar la entrada en un ciclo político que entierre la polarización y el enfrentamiento entre dos formas contrapuestas de gestionar los asuntos públicos. Uno, por la izquierda, con los ojos puestos en los partidos a la izquierda del PSOE dispuestos a mantener la vigente ecuación de poder, más conocida como "bloque de investidura". Y otro, por la derecha, con los ojos del PP puestos en Vox, el único partido escolta que, llegado el caso, podría complementar la ecuación de poder que Feijóo necesitaría para gobernar con mayoría absoluta.

O sea, la horca o la guillotina, porque si tóxica es la influencia en el Gobierno de los enemigos del Estado, no menos tóxica es la influencia en el Gobierno de una fuerza reaccionaria con acreditadas posiciones euroescépticas, xenófobas y machistas que nos harían retroceder en la historia de la modernización de la sociedad española.

Y entre tanto, un pleno en el Congreso de los Diputados en el que nada en claro sale de los grandes temas de actualidad, más allá de los cansinos argumentarios que, de una y otra parte, se quedan en un superficial volquete de palabras sobre los confusos planes de Moncloa para resolver el problema de la vivienda, el no menos confuso estado de las relaciones bilaterales con el vecino marroquí, la posición de España en la guerra de Ucrania o la marcha de la economía. En vísperas electorales, casi nada de lo dicho en la sesión del miércoles puede tomarse en serio.