El abandono y la ausencia de mantenimiento, en gran medida fruto de la despoblación, propicia que cada día sean más los monumentos, muchos de ellos incluso catalogados, que entran en estado de ruina y están llamados a convertirse en un montón de piedras si alguien no pone remedio a su deterioro de forma inmediata.

El goteo de inmuebles, la mayor parte ellos religiosos, que entran en la Lista Roja de Hispania Nostra por encontrarse en estado de ruina es constante, los dos últimos, que elevan la cifra ya a 63 en la provincia, son la iglesia de Villanueva la Lastra y la ermita de Andino, dos localidades de Las Merindades.

En el primitivo núcleo de Andino, afirma desde Hispania Nostra, se aprecian los restos de la antigua y pequeña iglesia parroquial de San Vicente Mártir, en la que resalta su espadaña y su portada románica. Este templo fue utilizado como parroquia hasta hace treinta años, cuando empezaron los derrumbes de las cubiertas y las humedades. Sin culto, el estado de conservación es muy malo, ya que tanto la iglesia como la sacristía están sin cubierta, y esta última además tiene caídos parte de los muros de cerramiento; la puerta de madera está destrozada, los suelos levantados y cubiertos por maleza y árboles, afirma desde Hispania Nostra, que exige «una actuación urgente».

De la iglesia San Vicente Mártir, de Andino, resaltan la espadaña y portada. - Foto: DB

Esta iglesia está en el Catálogo de Bienes Protegidos en las Normas Urbanísticas Municipales de Villarcayo, y afectada por un entorno bien de interés cultural (BIC).

Sin cubierta. En dos años se han caído las dos vigas de madera de la cubierta que cruzaban la nave de muro a muro de la ermita de Villazorana, en Villanueva la Lastra, y también se están cayendo las piedras de los muros de cerramiento de la zona de los aleros, piedras que «aparecen pintadas» por grafiteros, recoge Hispania Nostra en su página web para referirse a esta ermita.

Este templo, que no tiene culto, era de uso compartido con otros pueblos y en él se celebraba una romería anual con Quintanilla de los Adrianos y Villarías, todas ellas pertenecientes al municipio de Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja. Al caerse las vigas de madera, la cubierta de la nave, posiblemente a dos aguas, se encuentra también derruida y solo se conserva en pie la correspondiente a la cabecera, que al exterior presenta un tejado a cuatro aguas y en el interior está cubierta con una bóveda de crucería.

La portada está construida por un arco de medio punto sin ningún motivo decorativo y rematada por una espadaña con un vano, también de medio punto, para albergar una campana. Esta ermita también figura en el catálogo de bienes protegidos por las Normas Urbanísticas Municipales de Villarcayo.