La plataforma circular de hormigón que mira a la N-1 y el enorme esqueleto de las naves nido junto a la circunvalación y la vía férrea (en la parte trasera de La Nueva Bureba de Campofrío) son símbolos, más de una década después, del enorme destrozo que causó la crisis de la construcción y del que aún persisten las heridas. El fallido Complejo Gala, llamado a dignificar los accesos al polígono Burgos Este desde Villafría, sucumbió a un concurso de acreedores en 2013. Más de diez años después sale al mercado inmobiliario con la esperanza de su reconstrucción o su aprovechamiento para nuevas iniciativas empresariales. 

Estamos ante el gran proyecto del polígono Burgos Este a mediados de los años 2000. En total, 106 naves nido de grandes dimensiones (desde 200 a 10.000 metros cuadrados) distribuidas en una parcela de 50.000 m2, encabezadas por un edificio singular acristalado curvo en el frontal de la N-1, con 12.000 m2 destinados a oficinas. A todo ello se sumaban 245 plazas de aparcamiento en un recinto cerrado y vigilado.

Sin duda, ofrecía la mejor imagen para una zona industrial que echaba en falta más iconos arquitectónicos como lo son las sedes de Nicolás Correa, Antolin, Bridgestone, San Miguel, los edificios Correa y Aduana o la vecina Cerámicas Gala.

De hecho, el complejo tomó el nombre de Gala porque, en origen, los terrenos junto a la circunvalación donde se ubica (85.000 m2 en total) fueron propiedad de la fábrica de sanitarios. En realidad, eran terrenos sobrantes de Gala cuya venta en los años 2000, permitió a esta industria regularizar otros suelos de su interés.

El comprador fue Mobart 2, empresa especializada en el desarrollo de instalaciones industriales como las Naves Taglosa o las ABT en Villalonquéjar, que quiso hacer un proyecto emblemático, acorde con su ubicación y la historia del polígono.

La idea de la promotora fue ponerlo en marcha a mediados de 2008, para ello, contó con la implantación del cash&carry de Miquel Alimentació (GM Cash). Posteriormente, el Banco de Alimentos y algunas empresas más se harían con una nave nido de la primera fase...

En 2013, Mobart 2 entró en concurso de acreedores y las obras en el Complejo Gala se paralizaron cuando se estaban levantando la estructura de hormigón del edificio principal y las vigas de las naves nido. 

Así han permanecido durante más de una década, siendo uno de los espacios perdidos del polígono Burgos-Este, que sobrevivió e incluso renació tras la catástrofe de la crisis de la construcción.