Analizan el estado del trasaltar tras su restauración

I.L.H.
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Durante dos semanas, un andamio señalará los trabajos que realiza Patrimonio como parte del control posterior a la intervención, hace algo más de tres años, en los relieves de Vigarny

El andamiaje colocado en el relieve ‘Descendimiento y resurrección’, el que estaba peor, se disimula bajo una tela. - Foto: Valdivielso

Han pasado algo más de tres años de la restauración del trasaltar de la Catedral y es hora de evaluar si la intervención está dando los resultados esperados, dada la dificultad que suponía detener el deterioro de la piedra. Porque, como recordarán, en noviembre de 2020 finalizó una intervención «sumamente complicada y de alto riesgo» que requirió el desmontaje de dos de los tres relieves que Felipe Vigarny esculpió en el siglo XV. Crucifixión y Descendimiento y Resurrección eran los que peor estado presentaban y fue necesario retirar el conjunto escultórico de su ubicación, desalar la piedra y aislar la parte trasera de la girola, un espacio reducido que da acceso al retablo de la nave mayor. Y como ese no era el único foco de humedad, se aprovechó la reforma de las Llanas para tratar de retener el agua que provenía de Pellejerías. 

Ahora que ha pasado un tiempo prudencial, la dirección general de Patrimonio de la Junta ha decidido analizar el estado de la piedra de Briviesca para conocer cómo ha evolucionado dentro del conjunto escultórico. Para realizar ese control se han colocado unos andamios que ocultarán esta zona de la Catedral durante dos semanas. Estos días el andamiaje y la lona que lo cubre está situado en el relieve de Descendimiento y resurrección, el más afectado por este 'mal de la piedra'. «Los trabajos a realizar forman parte del control posterior previsto en la obra que se acometió en el trasaltar de la Catedral», trasladan desde Patrimonio, sin especificar exactamente en qué consistirá ese estudio.

Desde el Cabildo no se atreven a pronunciarse tampoco sobre el estado actual de la obra y mantienen la cautela. «Se están haciendo análisis. Es ese seguimiento el que nos dirá cómo está reaccionando la piedra desde que se rehabilitó hace tres años», explicaban hace unos días sus responsables a este periódico, y así se lo contábamos al relatarles la restauración urgente que necesita el sepulcro que Gil de Siloé esculpió en la capilla de Santa Ana y que sufre el mismo mal que padecía el trasaltar de Vigarny.