«Sigo siendo cantante. Para mí la televisión es una anécdota»

ALMUDENA SANZ
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ENTREVISTA | Bertín Osborne era un adolescente cuando debutó en el escenario y jamás pensó que cuatro décadas después aguantaría en la carretera (y lo que te rondaré). Esta noche para en el Fórum Evolución de Burgos (21.00 horas)

El cantante Bertín Osborne durante un concierto en el Teatro Calderón de Madrid. - Foto: Juanjo Martín (EFE)

Cantará su hit, Buenas noches, señora, buenas noches, señora, hasta la vista..., y otros como Noches de San Juan o Amor Mediterráneo; y un buen puñado de rancheras, de las más conocidas, con los 12 mariachis que lo acompañan; y también alguna de las canciones de su último disco, 40 años son pocos. Bertín Osborne despide este jueves en el Fórum (21 h., 35, 45 y 55 euros) la gira con la que celebra cuatro décadas en la carretera. Y subiendo. Saltará al escenario para repasar una trayectoria que pocos artistas alcanzan. Y lo hace casi en casa. Porque después de haber estudiado una temporada aquí -«yo me he recorrido varios colegios de España, entre ellos, La Salle de Burgos»- y de poder presumir de tener muy buenos amigos, Burgos es casa. «A mí me encanta. Yo he estado allí mil veces», exclama feliz al otro lado del teléfono. 

Ríe porque la experiencia le dice que los finales de gira acaban convertidos en una juerga. «Luego haremos fiesta y cachondeo. Esperemos que no nos gasten muchas bromas en el concierto; esa es la guasita de los músicos. En el último siempre lían alguna, como son muchísimos (15 con él)», comenta al final de un martes, relajado, pero cansado tras la grabación de El show de Bertín, que emiten Canal Sur y Telemadrid. 

¿Qué celebra Bertín Osborne con este disco y esta gira?
Cuarenta años de profesión es una cifra ya importantísima, no hay muchos que la pasemos. He estado hablando de ello con Pimpinela, que empezó exactamente el mismo año que yo. Es muy bonito porque seguir haciendo lo que te divierte y te gusta 40 años después es un milagro; yo, desde luego, no lo hubiera pensado nunca. Está muy bien seguir 40 años después en primera línea de combate. 

Y no estar solo, tener al público al lado de uno...
Sí, la televisión ha influido mucho, pero es igual, en una profesión como esta no es muy común.

¿Ahora mismo dónde se siente más cómodo, en los platós o en los escenarios?
Yo soy y sigo siendo cantante. Para mí la televisión es una anécdota que se ha convertido en un hábito.

Diez canciones forman 40 años son pocos. El disco se abre con En voz bajita: ¿Cuántas veces le han dicho en voz bajita cuánto le querían?
Me lo han dicho muchas veces, aunque como yo no soy muy dado, la otra persona se corta también un poco. Para mí son palabras demasiado importantes, algo muy serio.

'Cada palabra nos cuenta que no existen fronteras si quieres querer. Y si queda alguna huella de soledad se marchará…', canta en Dos besos y medio. ¿Qué ha hecho cuando se ha encontrado con alguna barrera en esto del amor?
Me he encontrado no demasiadas barreras, pero alguna vez ha pasado, y entonces me vuelco y saco a pasear todos los recursos posibles (ríe). Pongo toda la carne en el asador.

¿Cómo se lleva con la soledad?
Me llevo fenomenal, yo soy bastante solitario, de hecho vivo solo, y no quiero cambiar de sistema. Yo me llevo muy bien conmigo mismo, me lo paso muy bien, tengo mil aficiones y procuro ejercerlas en todo momento, y si estoy solo no tengo que consultar con nadie.

Interpreta A fuego lento con Carlos Baute y Dueño de nada con El Puma. ¿Qué aportan las colaboraciones a la carrera de un artista? 
He tenido varias, pero no soy muy aficionado a ellas. No me gustan demasiado porque, pese a que cantas con amigos, luego no puedes hacer una gira e incluso es muy difícil volver a cantar con la otra persona en una promoción de televisión; es muy complicado. Yo no soy nada partidario de los duetos y, de hecho, he dicho que no a muchísimos más a los que he dicho que sí. 

El destello de tus ojos: 'Coleccionando todos nuestros sueños locos, para dejar que nos invada su desorden'. ¿Cuál ha sido su sueño más loco?
Has dado con un tío muy raro (ríe). Yo no soy de sueños, he tenido muy pocos y los que he tenido los he cumplido. He tenido locuras de juventud, pero las llevé a cabo. No soy nada soñador, soy pragmático, práctico, y todo lo que no sea tangible y posible ni lo contemplo. 

¿Alguna de esas locuras de juventud son confesables?
Pues cruzarme el mundo en moto para ver a una chavala, pero literalmente. De Málaga a Inglaterra, de aquí a Nueva York en barco y de Nueva York a Los Ángeles en moto.

En esa cuarta pista también canta 'Voy a llenar estas paredes de recuerdos'. ¿Cuál ocupa el lugar principal de los vividos en este tiempo?
Yo lo he hecho literalmente. Aquí en Sevilla tengo un salón con las paredes llenas de fotos de recuerdos míos de toda mi vida, profesionales, personales... Literalmente llenas.

¿Y a cuál reserva el mejor lugar?
Una de las paredes está dedicada a mi madre y a mis hijas y esa es la que más me gusta.

¿Y si hablamos de recuerdos profesionales?
Tengo muchos colgados cantando con mucha gente. Con Barry White, Bee Gees, Ringo Starr... Son recuerdos que dan idea de mi recorrido profesional.

'Será cosa de niños arreglar este planeta en un instante, lo haremos con una sonrisa grande que llene el universo de color'. Ya no somos dinosaurios es un canto ecologista. ¿Qué quiere conseguir con este alegato?
Yo soy un tío que tengo mucha conciencia. Soy de campo, vivo en él y lo disfruto y adoro. Hay muchas cosas que me afectan a mí muchísimo. Yo lo canto con niños porque, en realidad, ellos son los responsables de hacer un mundo mejor.

¿Además de en ese planeta verde, dónde más tiene puesta su conciencia?
En realidad, eso es lo único que me quita el sueño: qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos y nietos. 

¿Vamos por el buen camino?
No, absolutamente, no, aunque los niños tienen mucha más conciencia que nosotros. Mis nietos lo tienen y espero que sus hijos tengan más, pero la duda es si llegaremos tarde.

En Propongo una tregua entona 'una herida al sur que sangra casi siempre'. ¿Cuáles son las heridas que ha sufrido y no ha cerrado? 
Los errores en la vida que no puedes ya remediar y esos son recurrentes. Hay momentos en los que estás sentado, escuchando música o leyendo y, de repente, te vienen a la cabeza personas con las que por tu mala cabeza no puedes estar. Eso es una herida que sangra toda la vida.

En ese mismo tema lanza 'propongo una guerra de besos, abrazos y amor. La vida es bella y nos merecemos lo mejor'. ¿Qué cree que se merece después de estos 40 años?
Todos nos lo merecemos. El mundo está lleno de buena gente y nadie debería sufrir de la manera que sufren muchos. Esto es genérico. A mí me parecen injustas las crueldades a las que asistimos diariamente, que sufre gente que no se puede defender. Díselo a los ucranianos hoy, y a muchísimos rusos; la locura de una persona puede hacer que sufran millones y eso me parece terrible.

'Me desoriento sin ti por pasillos vacíos y voy de aquí para allá como por un laberinto' (Me desoriento sin ti). ¿Cuándo se ha sentido desorientado en este tiempo y dónde encontró la luz?
No me he sentido desorientado nunca en mi carrera porque siempre he hecho lo que he querido. No he seguido las normas típicas de un cantante al uso, de los que empiezan y las compañías de discos te dicen lo que tienes que hacer y el mánager lo contrario, y entre unos y otros vuelven locos a la gente, sobre todo a los chavales. A mí no me ha pasado eso porque yo desde el principio tenía claro cómo quería hacerlo, con quién y de qué manera. En mi vida personal, sí lo he estado.

¿Y encontró la luz?
Sí, al final, ya digo que soy muy pragmático y si lo eres y no sueñas demasiado acabas organizándote. 

'Aquí me ves muriendo a ciegas, noviembre sin ti es recordar que tú me faltas…', se pone intenso en Noviembre sin ti. ¿Es más divertido cantarle al amor o al desamor?
Casi todo el mundo, el 80%, canta al desamor. Yo no sé qué decirte. A mí del disco la que más me gusta es Dos besos y medio, que es de amor, pero la de Ya no somos dinosaurios me apasiona, y le estoy cantando a un pino...

Termina con una versión, Por debajo de la mesa...
Esa la hago solo con un piano, y me parece espectacular. En vivo es muy impresionante. La toqué en uno de los conciertos y el técnico de sonido me la mandó sin tocar, sin editar, y me pareció tan bonita que la metimos así en el disco. Es una grabación de un directo sin retocar, tal cual.

'Y es que no sabes lo que tú me haces sentir, que no hay momento que yo pueda estar sin ti…'. Podría dirigirse al público. ¿Qué papel interpreta este en su carrera?
Es muy bonito involucrar a la gente a cantar, un subidón total. En los conciertos, acaban todos cantando, es muy divertido. En el último en Torrejón, vino a verme Chico Castillo, de Gipsy Kings, salió al escenario, le dimos una guitarra y cantó Volaré, absolutamente improvisado. Fue emocionantísimo. Me ha prometido que viene a Burgos, si cumple, lo saco seguro. 

Y a partir de ahora. ¿Qué planes aparecen en su agenda?
Muchos, muchísimos. En televisión, ahora estoy con mi programa El show de Bertín todas las semanas y preparando la vuelta de Mi casa es la tuya. Y en música, terminamos la gira en Burgos, luego voy a cantar a Ecuador, me han llamado Venezuela y México, aunque a Venezuela no sé si quiero ir, porque para mí las circunstancias no son las mejores. Después, antes de Navidad, quiero dar cuatro o cinco conciertos grandes, que sería Bertín y amigos, con cantantes importantes que somos íntimos amigos. Eso antes de fin de año. El año que viene quiero hacer una gira más larga en Latinoamérica...