Tocará mirar al cielo en Semana Santa

SPC
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El tiempo estará marcado por la inestabilidad y Aemet recuerda que solo en dos años desde 1991 no llovió en diez días consecutivos

Tocará mirar al cielo en Semana Santa - Foto: Diario de Ávila David Castro

La Semana Santa, que se prolongará del 22 al 31 de marzo, estará marcada por la inestabilidad propia de finales de un mes del inicio de la primavera, con posibles chubascos aunque también puede haber un bloqueo anticiclónico sobre la Península para frenar las borrascas. El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla y León, Manuel Mora, aseguró que, a falta de más de diez días para la celebración religiosa, no existen pronósticos fiables, aunque recordó que «lo mejor» es consultar los registros de los últimos 43 años durante la primavera y comprobar que solo en dos años hubo diez días consecutivos sin ninguna precipitación.

Lo que está más claro es que la primavera (abril, mayo y junio) en la Comunidad será cálida, con temperaturas superiores a la media, al igual que ha ocurrido durante el invierno, con un registro de 5,8 grados, que ha supuesto una anomalía de 1,6 grados por encima de la media del periodo entre 1991 y 2020.

Mora apostó por la prudencia y esperar a mediados de la próxima semana para tener un pronóstico «fiable» y de «calidad» para Semana Santa por que la situación fluctúa mucho y es muy cambiante «día a día». No en vano, reconoció que es posible que sea la predicción más importante del año, ya que afecta a las cofradías que procesionan y los sectores del turismo u hostelería. El estudio destaca que solo el 4,7% de los 43 años analizados en los observatorios de Burgos y Salamanca no hubo precipitaciones. Un porcentaje que aumenta al nueve por ciento en Soria y Valladolid. Les siguen Segovia (11), Ávila (12), León y Zamora (16) mientras que cierra el lista Palencia, con el 30 por ciento.

El delegado de la Aemet señaló, según recoge la Agencia Ical, que la primavera se caracteriza por el fenómeno meteorológico de la convección, al coincidir el aire primavera en altura y cálido en la superficie se producen movimientos del aire ascendentes, que dan lugar a nubosidad y chubascos y tormentas. «Este tipo de predicción de chubascos es muy irregular y de corta duración, por lo que es más difícil pronosticar si va llover o no en un lugar y una hora muy concreta», explicó. Mora destacó que el invierno en Castilla y León ha sido «muy cálido», con 1,6 grados por encima de la media de los últimos treinta años. El balance hídrico del año agrícola (de septiembre a marzo), ha cerrado con un superávit del 25%.