La delegación de Autismo en Aranda septuplica sus usuarios

I.M.L. / Aranda
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Con diez años de actividad, ahora son 34 las personas con algún trastorno de este tipo que acuden a sus servicios. El piso y el aula que les sirven de sede se queda pequeño para atender sus necesidades

Las familias de los usuarios de Autismo Burgos han promovido una serie de actividades, como la venta de artesanía este fin de semana en la calle Isilla. - Foto: I.M.L.

Quienes hayan acudido estos días a algún comercio de la capital ribereña, se habrán topado con decoraciones de globos azules y unos pictogramas en la entrada de los cerca de 100 establecimientos que se han sumado a esta campaña. Una iniciativa que busca dar visibilidad a las personas con algún trastorno del espectro autista para, sobre todo, fomentar su mejor integración en la sociedad, para que su día a día sea más fácil. Esta es una de las acciones promovidas por las familias de los usuarios de la delegación de Autismo Burgos en Aranda de Duero, que ahora cumple 10 años y soporta un incremento notable de necesidades. 

En esta década, se ha multiplicado por siete el número de usuarios, pasando de los cinco iniciales que motivó en febrero de 2013 la creación de la delegación arandina a los 34 que hay en la actualidad, extendiendo su ámbito de atención a toda la zona sur de la provincia. Este incremento exponencial empieza a hacer palpable la falta de espacio en sus dependencias, que se ubican en un piso del edificio de los Camineros, de 40 metros cuadrados y cedido por el Ayuntamiento de Aranda, y un aula en el edificio de las Francesas, también municipal.

«Ha aumento el número de casos porque ha mejorado el protocolo de detección, cada vez se diagnostican a edad más temprana porque ahora son más detectables», reconoce Javier Herrero, responsable de Autismo Burgos en Aranda, que agradece la cesión de espacios municipales pero «la realidad es que se nos han quedado pequeños, por el número de usuarios y por el de servicios, porque una misma persona necesita varias intervenciones, por ahora nos vamos apañando como podemos pero nos preocupa a medio o largo plazo, porque en los dos últimos años han aumentado mucho el número de casos».

A esa limitación de espacio se suma que la gran mayoría de las intervenciones se realizan en horario de tarde, cuando los chavales acaban su horario escolar, lo que hace que esa concentración de la agenda complique repartir de forma óptima los espacios. 

El autismo no es una enfermedad, es un trastorno del desarrollo con el que se vive y se convive, mejorando con la atención debida sus dificultades en el día a día. Para ello, en la asociación les ofrecen servicios como apoyo académico, habilidades sociales, atención temprana, ocio individual y grupal, practican deporte en el polideportivo Chelva y «tenemos un servicio de asistente personal para trabajar con cada persona en concreto habilidades para la autonomía en el hogar y en el entorno comunitario, poniendo el acento en las necesidades que cada uno plantea», especifica Herrero. 

Para celebrar el Día Internacional del Autismo, el sábado se iluminó la fachada de la iglesia de Santa María y el Puente Mayor del color del autismo, azul, y se aprovechó para leer el manifiesto y se escuchó música, algunas piezas interpretadas por un chico con autismo y su hermana. Además, a lo largo del fin de semana, en una caseta abierta en la calle Isilla se ofrece información y se vende artesanía elaborada por los chicos de la asociación. Además de recaudar fondos para seguir mejorando los servicios que se ofrecen, el objetivo principal es que se haga visible este trastorno y se le llame por su nombre. Porque el conocimiento ayuda a normalizar la vida de estas personas.