Se avecina una nueva tormenta en la Ribera del Duero con dos protagonistas: el sector porcino por un lado y el vitivinícola por otro. El proyecto de autorización ambiental para la ejecución de una granja con 6.000 cerdos de cebo en Gumiel de Mercado ha reavivado el malestar entre las bodegas de la Denominación de Origen. Esta explotación se construiría en un municipio que, con 1.483 hectáreas de viñedo, se sitúa entre las localidades con más cepas de toda la Ribera del Duero burgalesa.    

De ahí que varias voces del sector bodeguero no duden en pronunciarse. El responsable de El Lagar de Isilla, José Zapatero, pide una regulación «con la que todos podamos convivir». Se refiere, por ejemplo, a establecer una distancia mínima entre las granjas de cerdos y el viñedo teniendo en cuenta «el potencial tremendo» de la DO Ribera del Duero. «No estamos en contra de que se instalen granjas, claro que tiene que haberlas. La cuestión radica en convivir sin hacer daño a la otra parte», defiende, mientras recuerda que las bodegas están realizando inversiones importantes en enoturismo que chocan de lleno con la emisión de los olores procedentes de las granjas porcinas o la posible filtración de nitratos al terreno.

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