Nadie sabe con certeza que está empezando a atraer a las tierras de Merindades a un número cada vez más llamativo de turistas extranjeros, entre los que los franceses, británicos, belgas y alemanes destacan de un modo claro. Pero su presencia se ha doblado este verano con respecto del pasado y está a años luz de los datos simbólicos de hace solo un lustro, cuando ver un turista extranjero era una rara avis y ahora no hay día que en las cuevas de Ojo Guareña, centro neurálgico del turismo de la comarca, no entre un vecino de otro país.
Solo comparando los meses de julio y agosto de 2023 con los del verano que acaba de terminar, en Ojo Guareña se ha pasado de 632 a 987 extranjeros, un 56% más. De ellos, casi 300 han llegado de Francia. Clara López de San Vicente, coordinadora de las cuevas, ya ha normalizado el hecho de cruzarse con ciudadanos de países tan lejanos como Nueva Zelanda, Australia, Puerto Rico, Estados Unidos, Sudáfrica, Canadá, Suecia o Lituania.
Si en 2019 llegaron 444 turistas extranjeros a Ojo Guareña, en lo que va de año han sido 1.727, lo que cuadruplica las cifras en un lustro. En la Oficina Municipal de Turismo, la técnico María Arce, no tiene duda del ascenso de las cifras, porque en los meses de julio y agosto de 2022 entraron en ella solo 19 franceses y 7 británicos, mientras que en los de este verano ha recibido a 342 franceses y 177 británicos, además de 162 estadounidenses, entre otros. Igualmente, ha notado un incremento del 60% en el número de visitantes llegados del país galo respecto del verano pasado, en que contabilizó 213.
En similar situación se encuentran los centros de recepción de visitantes de Medina de Pomar, el Museo Histórico de Las Merindades y la Oficina municipal de Turismo, donde en 2022 entraron 1.002 extranjeros y en 2023 1.451, un 45% más. Y en la misma línea relatan la situación en el monasterio de Rioseco, con medio millar de extranjeros, entre los que destacan los franceses, seguidos de británicos, italianos, alemanes y holandeses
Huyendo de la playa. En los negocios estas cifras se dejan notar y Víctor Grijalba, responsable del Hotel Doña Jimena, de Villarcayo, con 22 habitaciones, ha visto crecer un 30% los huéspedes extranjeros, entre los que también destaca a los franceses, italianos, belgas y holandeses. A su juicio, «los turistas se están cansando de la playa masificada en agosto y buscan el turismo de calidad en el interior». Las redes sociales, altavoces que expanden entre miles de personas las bellas instantáneas que los viajeros toman en la comarca ayudan a este crecimiento, según los profesionales del sector.
Otra explicación que le dan es el creciente fenómeno del autocaravanismo y la proliferación de áreas de estacionamiento en la comarca, que ya cuenta con una en Espinosa de los Monteros y otra en Medina de Pomar. También cuentan con los cámping de Villarcayo, Medina, Trespaderne o Villalázara.
José Andrés Frías y Elena María dos Santos | Turistas llegados de Francia
«Vinimos en busca de las raíces de José Andrés y hemos encontrado un lugar superlindo»
José Andrés Frías y Elena María Dos Santos se han alojado en el hotel rural El Priorato, hasta el sábado. Llegaron de Toulouse, la ciudad donde ella -de origen portugués- prácticamente se ha criado y a la que él -chileno- emigró. Suman dos más a la estadística de turistas llegados de Francia, que en los dos últimos años ha crecido exponencialmente. En el bello alojamiento de Trespaderne, al que José Andrés y Elena llegaron por su «historia» y en busca de las raíces del apellido Frías de él, han pernoctado este verano decenas de turistas de Francia, Holanda, Bélgica, Alemania o Portugal, entre otros muchos países, como explican sus responsables. No han faltado también húngaros, mejicanos, estadounidenses o argentinos.
La pareja gala visitaba Frías el jueves para después recorrer otras poblaciones de la comarca y su entorno, como Oña o Medina de Pomar. Ya habían viajado a Burgos y a Vitoria y también querían desplazarse hasta Bilbao, gracias a la ubicación estratégica de Merindades, a una hora de coche de varias ciudades de interés. Ala comarca arribaron en busca de la historia del abuelo de José Andrés, a quien no conoció y que se fue en busca de fortuna a Chile. Se apellidaba Frías Bustamante, lo que hace pensar en que podía proceder de la comarca, sobre todo, por el segundo apellido. El turista afincado en Francia y su pareja vinieron a investigar, pero aseguraban llevarse, sobre todo, «la tranquilidad y la paz que te da esta tierra, un lugar superlindo». «La verdura como se dice en Francia», lo verde del paisaje, también quedaba en su retina como un buen recuerdo y ambos coincidían en la posibilidad de regresar, especialmente él junto a sus hermanos, también deseosos de indagar en el pasado del abuelo.
Conocen a muchos amigos en su país que viajan a la Costa Brava y otros puntos del Mediterráneo, prácticamente a ninguno que se adentre en el interior de España. Pero se fueron con motivos para animarles a que lo hagan. «Esto es un paraíso para hacer rutas caminando y en bicicleta», describieron.