Tomás Medina

Aguas Abajo

Tomás Medina


¿Qué sostenibilidad?

26/09/2023

Por nuestro bienestar común y, al estar alejado del pensamiento único, me atrevo a plantear varias cuestiones relacionadas con el festival Sonorama que se celebra cada verano.

No somos menos ciudadanos, ni menos arandinos, los que ya empezamos a decir que el Sonorama, a diferencia de lo que pregonaba este año su promotor, ya no es sostenible.  Lo «sostenible» es un bonito adjetivo que adorna la realidad, pero que no sabemos exactamente lo que significa. Si sostenible es atraer en cuatro o cinco días a más de cien mil personas que arrasan e invaden Aranda, me río de esa sostenibilidad. No nos vale el beneficio de alquiler de pisos por cantidades exageradas para todos esos jóvenes –y no tan jóvenes- que llenan calles y plazas. Tampoco nos sirve, ni es sostenible, que desde las ocho de la tarde hasta el amanecer del día siguiente las calles del centro estén llenas de basuras y meadas de todo el jolgorio. Es cierto que hay negocios de hostelería y comercios del centro que multiplican la recaudación de sus cajas, pero me consta, porque así lo han transmitido, que otros establecimientos se ven obligados a cerrar, porque es imposible abrir en el entorno de la plaza del Trigo.

No somos menos arandinos quienes creemos que el Sonorama, tal y como está planteado en la actualidad, se parece más a un macro-botellón, aceptado y protegido institucionalmente, cuyo espíritu está muy alejado de sus comienzos.  Demasiada gente y demasiado ruido nocturno.  El «bum-bum» es lo que escuchamos quienes no estamos en los conciertos del Picón. Demasiado peligro en la zona de la plaza del Trigo porque debajo hay bodegas y arriba  muchos saltos y vibraciones, de todo tipo.

No estamos interesados en criticar a ningún emprendedor, ni en saber lo que se gana o se pierde, económicamente, durante el Sonorama. Pero sí en manifestar que este festival se está «saliendo de madre».