Estaban en multitud de quinielas y finalmente aparecieron sobre el escenario. Algunos de los rostros más conocidos de anteriores ediciones de Ebrovisión hicieron las delicias del público. Aunque no era su primera vez en el evento, Carolina Durante, Lori Meyers, Morgan y Triángulo de Amor Bizarro lograron que sus seguidores disfrutaran como si jamás hubieran escuchado su sonido en directo. Hasta Iván Ferreiro, junto a su hermano Amaro, apareció en el recinto exterior para caldear el ambiente.

El cierre, como la apertura, fue el mejor de los posibles. El alocado dúo Ladilla Rusa entró en escena. Con ello, la diversión y la pasión colapsaron el pabellón Multifuncional.
Unas horas antes el aire comenzó a empaparse de las voces acompasadas de los ebrovisivos y de Lori Meyers. La banda granadina no falló. Cada asistente levantó las manos, bailó y, sobre todo, gritó al ritmo de la rumba. Por algo era «uno de los grupos que no podían faltar», según Javier, un festivalero nato.

Por su parte, en la primera sesión del escenario principal el público vivió Ebrovisión en estado puro. La banda de rock gallega Triángulo de Amor Bizarro sacó todo su repertorio. El grupo se presentó educadamente antes de hacer sonar las guitarras y alzar la voz para lanzar sus reivindicativos mensajes. Sin embargo, en realidad no hubieran necesitado presentación, puesto que hace mucho que se ganaron el reconocimiento del festival.

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