Belén Delgado

Plaza Mayor

Belén Delgado


Poca vista para tanta belleza

14/05/2023

En la provincia de Burgos presumimos de tener algunos de los monumentos e hitos más espectaculares del país. Desde el mejor yacimiento arqueológico, hasta la más hermosa de las catedrales. Por supuesto ocupamos un papel central del Camino de Santiago... Estos y otros muchos espacios nos sitúan en casi todos los mapas y no han dejado de aumentar el atractivo de una tierra en la que el sector turístico y la calidad de los servicios que se ofrecen derivan en la constante mejora de las estadísticas de visitantes.

Hay sectores de la economía agotados o casi. ¿Es el caso de la oferta de lugares a visitar? Parece que no. Pero a veces, no sabemos o no queremos verlo. Hace muchos años apareció por el norte de Palencia, José María Pérez 'Peridis'. El conocido arquitecto (hoy también novelista histórico) lanzó desde Aguilar de Campoo el proyecto de potenciar todo el románico de la zona. Décadas después, es un modelo de recuperación de una tierra, su paisaje y sus costumbres que incluso se estudia en las facultades de Economía.

Me acuerdo de 'Peridis' cuando visito la iglesia románica de Soto de Bureba, uno de mis espacios favoritos de la comarca. Agazapada sobre un pequeño mirador, al abrigo de los montes Obarenes y sin apenas referencias, pocos se acercan a ella si alguien no les avisa antes de su deslumbrante y sencilla elegancia. Me vuelvo a acordar del bueno de 'Peridis' cuando paso delante del coqueto templo de la ermita de San Fagún, en Los Barrios.

Resulta que a la Asociación para el Desarrollo Comarcal de la Bureba se le ocurrió que estos y otros muchos restos románicos (hay más de 20 templos en la zona) podían merecer su lugar en el mapa, con paneles explicativos, un centro de interpretación y rutas para los que deseen visitarlos. Pero más de la mitad de los ayuntamientos han debido pensar que con sacar el cereal de la comarca ya tienen bastante.

Si en lugar de estar en Burgos, La Bureba estuviera en Aquitania o en la Lorena francesa, las cosas serían muy distintas. El amor de nuestros vecinos del norte por sacar lustre a su pasado y, de paso, convertirlo en un activo para su presente y su futuro, hace que no haya lugar de su territorio sin esforzarse por mostrar su cara más atractiva. Nuestras piedras hablan de nosotros y aún sobresalen frente al feísmo de tanta nave agrícola que las oculta. Deberíamos escucharlas más.