«Quien puede, se va de la calle Hospicio»

L.N. / Aranda
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Varios vecinos aseguran que «la situación es insostenible», ya que se producen todo tipo de sucesos «a diario y a cualquier hora». Algunos admiten que llaman continuamente a la Policía

Desde hace años, la calle Hospicio, ubicada en el barrio arandino de Santa Catalina, acumula un sinfín de peleas. - Foto: L.N.

Cada vez son más los vecinos de la calle Hospicio, en el barrio arandino de Santa Catalina, que tachan de «insostenible» el día a día en esta zona por las continuas peleas que se registran. Algunos admiten que caminan con miedo en cuanto anochece y denuncian que vivir con tal sensación de inseguridad les provoca ansiedad. Hasta tal punto que hay quienes han optado por hacer las maletas y trasladarse a otro barrio... siempre que su situación económica se lo permita. «Quien puede, vende o alquila su piso y se marcha de aquí», lamenta una mujer que lleva viviendo desde hace siete años «en el meollo». 

Asegura que en su edificio, relativamente nuevo y con 16 viviendas, ya «sólo» quedan cuatro de las familias que lo estrenaron. «Y de esas cuatro, dos se han ido a vivir a sus fincas» para evitar problemas y tener cierta tranquilidad. «Esa es la situación ahora. Te genera ansiedad, no coges el sueño, te despiertas con los golpes que pegan, oyes chillidos en la calle...», continúa, al tiempo que admite que en su caso también se plantea mudarse si encuentran una opción que les encaje. Según expone esta vecina, cambiar de piso «no es fácil, porque los alquileres en Aranda están muy caros y esta zona es más asequible».

En líneas generales, quienes viven en la calle Hospicio o aledañas advierten de que el alcohol suele estar detrás de la mayoría de trifulcas, que no sólo se producen los fines de semana, sino también «a diario y a cualquier hora». De hecho, varios vecinos cuentan que llaman a la Policía continuamente y que muchas veces no son más de las 10 u 11 de la noche. «Lo malo es la inseguridad», apunta otro hombre, mientras indica que «lo peor» suele producirse en el momento en el que cierran los bares. Ante estas circunstancias, los vecinos reclaman más vigilancia policial. «Pedimos que hagan algo, sientes una indefensión total. ¿Hay que vivir así?», cuestiona otra residente, que no se olvida de la suciedad que invade esta zona, con rastros de sangre al salir de casa y meadas. 

Por si fuera poco, hay quienes han denunciado que les han roto los retrovisores o lunas laterales de sus vehículos estacionados en diversas ocasiones. 

Venta de drogas. Por su parte, la asociación de vecinos de Santa Catalina ha trasladado al Ayuntamiento y a Policía Nacional un listado de temas en el que se incluye su preocupación por el «aumento significativo de venta de drogas en 2 puntos», uno cerca de Hospicio.