Exhibición de fuerza del campo burgalés

DB / Burgos
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El campo burgalés muestra su gran fuerza y colapsa ciudades y autovías con 2.000 tractores. La protesta convocada por la UCCL provocó un enorme caos de tráfico en Burgos, Aranda, Miranda, Medina... También se cortaron la AP-1, la N-1 y la A-1

Concentración, ayer, de un grupo de tractores en la Plaza del Cid de la capital burgalesa. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El campo burgalés realizó ayer una impresionante demostración de fuerza y movilizó en diferentes puntos de la provincia a cerca de 2.000 tractores que durante toda la mañana y parte de la tarde cortaron calles y carreteras, y provocaron innumerables problemas de tráfico y también en el día a día de sus convecinos. Denuncian estar «asfixiados» por las políticas europeas de un sector que mueve muchísimo dinero pero lo hace «sin rentabilidad» para el primer eslabón de la cadena, los propios agricultores y ganaderos.

El grueso de los manifestantes se concentró en Burgos capital, con más de 800 vehículos -el doble de los esperados inicialmente- que formaron una interminable fila desde La Milanera hasta Villafría, de tal manera que entre el primero en salir y el último transcurrieron prácticamente 3 horas. Otras columnas salieron de Miranda y Briviesca para juntarse en Pancorbo, por Aranda de Duero y las vías de la Ribera, en Medina de Pomar y por el Condado de Treviño -desde Armentia y Armiñón- hasta Vitoria.

Salvo esta última, y a diferencia de lo ocurrido en otros puntos de España, las movilizaciones sí habían sido convocadas oficialmente por la Unión de Campesinos (UCCL) de Burgos. Según informó la Delegación del Gobierno en Castilla y León, no cumplieron con el requisito de finalizar a las 13.30 horas. Es más, a partir de entonces comenzaron los problemas más graves, cuando se formaron pequeños grupos y cada uno decidió plantear la guerra por su cuenta. Mientras en la capital unos se paraban frente a la Delegación de la Junta, otros seguían por la calle Vitoria hacia Villafría (recorrido oficial), algunos más se lanzaban a darse un baño de masas en la fuente de los Delfines y otros enfilaban el polígono de Villalonquéjar con la intención de atrapar a cientos de trabajadores en el cambio de turno de muchas fábricas.

Desde las 14.41 y durante más de una hora cortaron la Nacional 1 y la Autovía AP-1 a la altura de Pancorbo y ya por la tarde sembraron el caos en las principales arterias de comunicación de la Ribera, sobre todo en la A-1 y la N-122. Pasadas las 19 horas aún seguían dando vueltas por el polígono Gamonal Este y las naves de Pentasa los más remolones, para enfilar después el barrio del Crucero por el bulevar, para desesperación de los conductores.

Antes del alba se acercaron a la capital los más madrugadores para concentrarse en el aparcamiento de la Escuela Politécnica, que llenaron, y en la explanada yerma de La Milanera. No dudaban en tirar de bocina, de cencerro y de rotativos ante estudiantes y profesores incrédulos por semejante alboroto en una zona de la ciudad que desde que dejó atrás conciertos y fiestas de Químicas duerme, estudia e investiga a partes iguales.

De un lado a otro iban los afilados a la organización convocante para que a nadie le faltara un chaleco reflectante, el folleto con las reivindicaciones o los banderines de la UCCL, pese a que muchos pagan sus cuotas a la competencia y otros van siempre por libre. «Nadie nos puede acusar de querer ir solos, porque no es así. Si no han querido venir, no es problema nuestro», afirmó Susana Pardo, que dejó entrever que participarán en otras movilizaciones, independientemente de quién las convoque. «Allá donde quieran salir y estar, estaremos», aseveró.

La presidenta de UCCL Burgos y de la Cámara Agraria Provincial puso voz al sentir de todos sus compañeros. Nos están ahogando a través de la burocracia y de las políticas españolas y europeas que están haciendo que el sector esté desesperado», declaró a la agencia Ical. «Lo que hace la PAC es vendernos al sector primario a costa de lo que hacen con terceros países», lamentó para criticar que se traigan productos de terceros países a un precio más barato y después se vendan aquí «más caros», añadió. «No pueden hacer que compitamos también unos países contra otros», apuntó Susana Pardo, que aseguró que no debe haber «enfrentamientos» entre el sector agricultor y ganadero de los distintos países. «Hay que unirse e intentar cambiar las cosas para que pueda haber rentabilidades», agregó.

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ÁNGELA VARONA. 18 años. (Villahizán de Treviño). «Hay que mantener lo  que nos dejan los padres»

Ayer hizo novillos, pero estaba donde tenía que estar, en la calle con los profesionales de un sector del que ya forma parte y eso que solo tiene 18 años. Ángela Varona comparte titularidad en la explotación familiar junto a su padre y un hermano. Cultivan en Villahizán de Treviño y está orgullosa de seguir los pasos de su padre y de su abuelo Antonio. También los abuelos maternos son del pueblo, y Ángela asegura que desde pequeña los ha visto trabajar y les han inculcado el amor al campo; ella y su hermano desde siempre han trabajando en lo que hiciera falta.

A esta joven, que además este año ha comenzado a estudiar Magisterio, no le parece raro dedicarse también a la agricultura, «hay que seguir lo que nos van dejando», dice con total naturalidad, con la misma que ayer acudía a la movilización en defensa del sector. A pesar de su edad, ve la situación complicada «porque no valoran lo que tenemos ni nos dejan trabajar de la manera que sería justa, con demasiadas imposiciones que vienen de fuera», argumenta, para añadir que todo influye para que las explotaciones sean cada vez menos rentables, sobre todo por los altos coste de  producción, mientras bajan el precio de los cereales.

Ángela reconoce que ve a sus padres 'agobiados' con la crítica situación «que está a la vista, y ellos tranquilos no están». Una de las obligaciones que trae de cabeza a los profesionales  del sector es la entrada en vigor del cuaderno digital y en el caso de su padre, Ángela reconoce que lo lleva mal «porque siempre lo ha hecho en papel». Ahí sí tiene ella y su hermano una herramienta con la que se manejan mejor que las anteriores generaciones, y serán ellos y los que se encarguen de esa tarea.

La joven reivindica que se tomen medidas para  rentabilizar los cultivos, y confía que la ola de movilizaciones en Europa sea útil, «si conseguimos que algo cambie, que nos escuchen, es que algo estaremos haciendo bien y con la unión de todos porque los problemas son comunes», dice. 

(Más información sobre las movilizaciones en Burgos capital y en la provincia, media docena de testimonios de los protagonistas y amplio reportaje gráfico, en 10 páginas en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)