Los guardianes del tiempo burgalés

L.M. / Burgos
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La Agencia Estatal de Meteorología tiene una oficina en el aeropuerto de Villafría que anota información climática para pilotos y ciudadanos.La serie histórica cumple 80 años en agosto aunque dividida en varias ubicaciones.

Manuel Mora, delegado de la Aemet en Castilla y León. - Foto: Patricia

Cuando Chema Gonzalvo empezó a trabajar en la delegación que la Agencia Estatal de Meteorología tiene en Burgos, su oficina era un hervidero de gente, papeles, teletipos, bandas magnéticas o aparatos electrónicos.

En los primeros años del presente siglo la tecnología que empleaban estos observadores al servicio de la Aemet no estaba tan avanzada como la actual. «Pasaban pilotos a cualquier hora del día a por sus partes de tiempo o mapas de viento para salir a volar. Te tirabas un buen rato charlando y al final hacías una bonita amistad con la mayoría. Ahora todo eso se ha perdido», lamenta.

La jornada del miércoles fue la última de una dilatada trayectoria laboral que se ha desarrollado en distintos enclaves del país. Burgos, primero en el antiguo aeródromo y posteriormente en el aeropuerto de Villafría, ha sido su centro de trabajo en los últimos 19 años. «Ya no viene nadie por aquí», admite. A pesar del intenso trasiego de jóvenes pilotos de la escuela de FlyBy que hay en el complejo desde hace meses, la relación con los empleados de la Aemet es prácticamente nula. Chema Gonzalvo tiene especial recuerdo de los días de maniobras militares, cuando decenas de personas se agolpaban a la puerta de su despacho para obtener los informes de las observaciones meteorológicas, conocidas en el argot aeronáutico como Metar. «Aemet es el proveedor oficial de servicios de navegación aérea», destaca Manuel Mora, delegado de este organismo público enCastilla y León, que quiso acompañar y reconocer el miércoles a Gonzalvo en su despedida.

Hoy en día esas costumbres y relaciones se han terminado por perder, ya que la información se cuelga puntualmente en un servidor online cada 30 minutos. Cuando las condiciones del cielo son algo más complejas -nubes bajas o lluvia- el periodo de actualización se comprime de forma considerable hasta los 10 minutos. Todo estos mecanismos se controlan desde un cuarto emplazado en pleno aeropuerto. 

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este lunes)