Despedida a Javier Giménez, «el alma» del Ateneo Mirandés

Ó.C. / Miranda
-

La temporada de conciertos continúa, «porque es lo que le hubiese gustado», afirman en la agrupación

El presidente del Ateneo falleció el viernes de la semana pasada. - Foto: Patricia

El Ateneo Mirandés ha llenado de cultura y de música clásica la agenda de la ciudad durante los últimos 40 años. Ese tiempo es el que llevaba al frente de la agrupación Javier Giménez, recientemente fallecido. El colectivo realizó un concierto en homenaje a su figura ayer en San Nicolás, aunque desde dentro reconocen que han perdido «al alma» que sostenía el Ateneo.

«Nos ha dejado un vacío muy grande, porque el trabajo que hacía él es muy complicado», admite Pedro Martínez. Ambos han trabajado codo con codo durante 32 años y el tesorero destaca la figura que han perdido por todo lo que supone para ellos. En primer lugar, ensalza la labor realizada con el colectivo por la ciudad. «Javier ha hecho mucho por la cultura y en especial, por la música clásica en Miranda», remarca el miembro de la directiva, quien confiesa que el mejor homenaje que pueden hacerle pasa por continuar con la temporada que tienen por delante, ya que «es lo que le hubiera gustado a él y por eso los conciertos no lo vamos a parar», adelanta con cierta tristeza.

Martínez define al presidente del Ateneo como «un luchador», que no se conformaba solo con hacer una programación de una música minoritaria en una ciudad como Miranda, sino que se esforzaba porque «viniera gente buena para dar conciertos de calidad», apunta. De hecho, a pesar de que los problemas de salud hicieron que el inicio de la temporada se retrasara de octubre a finales de noviembre, Giménez estuvo «trabajando hasta el final», matiza el tesorero, quien afirma que dedicaba muchas horas, muchas llamadas de teléfono y que «necesitaba de muchos contactos y él hacía todo eso de maravilla», aplaude.

La música concluirá en mayo y cuando se apague «habrá que hacer una reunión de socios para ver un poquito por donde va el futuro del Ateneo», reconoce Martínez, tras la dolorosa pérdida no solo para el Ateneo, sino para toda la cultura de Miranda.