Juan Carlos Pérez Manrique

Estos días azules...

Juan Carlos Pérez Manrique


Comercio

16/11/2022

Si en una placa distingues las letras SPQR, tu mente piensa en ese período en el que el Imperio Romano extendió su dominio e implantó su cultura de forma determinante. Son solo cuatro letras y tantos siglos después, en esta sociedad en la que la imagen y la publicidad dominan, las identificamos como la primera marca, el primer logo, la aparición de la primera publicidad o creatividad con estrategia.

Pienso en eso ahora que este viernes se celebrará el Black Friday abriendo un periodo donde logos, anagramas y la poesía del diseño nos incitarán a un consumo que intente lograr convertir los posibles números rojos (reds) de los comercios, en números negros (blacks) cuando no apaciguar la insaciable pretensión de incrementar beneficios. 

Desde sus comienzos, la literatura siempre se ocupó de la economía. Entre los grandes contemporáneos, Pessoa escribía que el destino le había proporcionado solo libros de contabilidad y el don de soñar. Zola hizo con El Paraíso de las Damas (1883) una novela romántica, pero también un tratado de marketing que cuenta el funcionamiento de los primeros grandes almacenes que en París abrieron. Galdós enseña una Rosalía de Bringas (La de Bringas, 1884) que busca escapar esporádicamente de su rutinaria realidad en aquellos espacios comerciales madrileños que sirvieron también como escenario para la incorporación de la mujer al dominio de lo público. Y no puede dejar de citarse a otros como Balzac, Eça de Queiroz, Dickens o nuestro Delibes, para insistir en la atención que sobre la economía, y en especial sobre el comercio, siempre ha puesto la literatura, nunca ajena a observar las cosas esenciales de la vida.

En esta otra forma de narrar que son los podscats, Nuria Pérez, en su magnífica serie Gabinete de curiosidades, nos cuenta otros problemas. En uno de ellos (Siguiendo un hilo blanco) nos habla de las condiciones de semiesclavitud en que niñas y adolescentes cosen 12 horas al día, 7 días a la semana, con salarios inapreciables y mueren en edificios que se incendian y derrumban sin escapatoria posible como sucedió en Nueva York en 1911, en Bangladesh en 2012 o en el Ranna Plaza en 2013, entre cuyos escombros se encontraron etiquetas de El Corte Ingles, Inditex, Carrefour o Primark, todas las grandes empresas que alejan los problemas en la distancia y en el mar de la burocracia y las subcontratas, algo que permitirá justificar que no se sabía nada. Y nosotros, quizás también, compraremos como si no sabemos nada si es que aciertan quienes afirman que la distancia impide saber.