La OSCyL Joven, en clave de faena

I.L.H.
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Los ocho burgaleses seleccionados para la primera orquesta sinfónica juvenil de la región están preparados para el encuentro de esta semana. Lo viven con «orgullo» y como «oportunidad», «aprendizaje» e «impulso cultural»

Pedro J. Pérez (trombón), Laura Hernando (Chelo), Sofía Zumel (Chelo) y Alberto Ruiz (percusión). - Foto: Patricia

Tienen talento, las ideas claras, una capacidad de esfuerzo demostrada y sienten la música como parte de su vida. Con edades entre los 18 y los 22 años, aspiran a dedicarse profesionalmente a la música y a, ser posible, en su propio país. Por sus aptitudes han sido elegidos entre 370 aspirantes de toda la Comunidad para formar parte de una agrupación nueva, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León Joven, que esta semana celebran en Valladolid su primer encuentro y el sábado se estrenarán con un concierto.

Los ocho burgaleses seleccionados se han puesto en clave de faena para aprovechar esta «oportunidad de aprendizaje» y dar el primer paso para quizá en el futuro ser miembro de la formación superior. Formar parte de la OSCyL Joven lo viven con «orgullo» por lo que representa y porque es algo que venían demandando desde hace tiempo para equipararse con otras comunidades. Supone también «una responsabilidad» y no se olvidan de lo que representa: «Me parece una maravillosa apuesta para tratar de reavivar la cultura musical y las oportunidades de movimiento entre los intérpretes jóvenes. Como estudiante que se ha tenido que ir fuera de Castilla y León, me apena saber que cada vez más personas salen de su tierra para buscarse la vida en otro lugar», resume Daniel Fernández, que está estudiando el último curso superior de clarinete en Málaga. «Tener una orquesta que represente la tierra donde naciste crea un vínculo emocional», añade Elena Calvo, que lleva una década (desde los 9 años) participando en distintas agrupaciones orquestales.

Como un impulso para la cultura lo ve también Sofía Zumel, de 19 años, y estudiante de 2º de violonchelo en Navarra: «Espero ayudar a fomentar la cultura de Castilla y León y animar a los jóvenes a que estudien música y pasen a formar parte de estas orquestas».

Aunque esta semana no han sido convocados todos (van cinco de los ocho), son conscientes de la posibilidad que se les brinda: «Para mí supone un gran deber, un honor y una oportunidad, dados los proyectos y profesores/directores que la integran. Digamos que se consiguen unas herramientas para desenvolverte mejor en futuras pruebas orquestales y agrupaciones», detalla Alberto Ruiz, de 21 años y también estudiante en el conservatorio superior de Navarra, en su caso en la especialidad de percusión.

El repertorio sinfónico que se les ofrece, la experiencia en este tipo de formaciones, la presencia de músicos como el director titular, Thierry Fischer, y por supuesto la posibilidad de ofrecer conciertos como el del día 8 les hace pensar también en la responsabilidad que conlleva: «Más que nervios, lo que siento es expectación. En general, hay muchas ganas de trabajar y ver cómo funciona este nuevo proyecto», señala Pedro José Pérez, intérprete de trombón. «Expectación» también siente Elena, mientras Sofía lo vive «emocionada», Laura Hernando (chelo) con el deseo de «compartir la música» y Nicolás García (contrabajo) con ganas de interpretar «un programa excepcional» de Beethoven.

Jorge Contreras (viola) destaca «la energía que transmite la música y la capacidad de comunicación», mientras Daniel remarca la importancia de retener el talento: «Estos proyectos sirven para el resurgir de una generación que tiene muchas ganas de trabajar de lo que le gusta en su tierra».