Las becarias que nunca olvidarán Valdivielso

A.C. / Quintana de Valdivielso
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Patricia Palomino e Irene Toribio, graduadas en Sociología por la Complutense, han disfrutado de un verano «mágico» en Radio Valdivielso gracias a la beca Campus Rural del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico

Las becarias que nunca olvidarán Valdivielso

A estas alturas, ¿quien no conoce a Toribio y Palomino en el Valle de Valdivielso? Las dos jóvenes manchegas han conquistado, seguro, muchos corazones y se van a marchar con una mochila de experiencias inolvidables. Ellas son Patricia Palomino, de 21 años, e Irene Toribio, de 25, dos graduadas en Sociología por la Universidad Complutense, que han pasado todo el verano trabajando como becarias en Radio Valdivielso y dándole como les decían sus vecinos «un aire fresco», un soplo de juventud a las tierras rurales. 

Espontáneas y dicharacheras, pero también trabajadoras, han hecho «de todo» en la emisora, donde sus voces ya son familiares para los oyentes. Aunque también ha habido lágrimas, como las de aquella tarde en que Irene admite que se fue a la cama «a llorar» después de intentar infructuosamente recuperar la grabación de una entrevista que aquella mañana le había hecho al pintor de Quintana de Valdivielso, José Ignacio Sarasua... Lo curioso de aquella noche es que cuando estaba lamentando lo ocurrido, por su ventana abierta entraba el sonido de Radio Valdivielso, la emisora que escuchaban sus vecinos de abajo y sonaba la canción Ya no puedo más. Como si la joven becaria y la emisora vivieran un momento telepático.

Las dos jóvenes han llegado a Valdivielso gracias a las becas Campus Rural del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico y ello les ha servido para que conozcan, no solo las habituales salidas laborales en grandes empresas, sino también «muchas experiencias y modelos de vida», tantas que se plantean la posibilidad de iniciar una vida en el medio rural. Les han encantado la cercanía que han encontrado entre los habitantes de Valdivielso y sus visitantes de verano, el «hablar con todo el mundo, saludar, ser conocidas...».

Las becarias que nunca olvidarán ValdivielsoLas becarias que nunca olvidarán Valdivielso

En su paso por Radio Valdivielso han dejado su sello con nuevas secciones como  'Opino de que', como la canción del grupo Ojete calor, en la que han opinado un poco de todo. Otras secciones de su cosecha fue la de anglicismos donde han comentado el significado de tres cada día, o la de refranes. Y entre programa y programa se colaban las palabras manchegas, desconocidas en el norte de Burgos, y las sonrisas, muchas sonrisas. Un ejemplo, 'guacharro', palabra propia de Malagón (Ciudad Real). Qué dirían que significa. Pues que alguien va 'guacharro' cuando lleva ropa insuficiente y va a pasar frío.

La experiencia en Radio Valdivielso también ha llevado a Irene Toribio a acercarse a su pasado familiar. Tras escuchar los audios de todos los programas y entrevistas ligadas a los presos fallecidos en el penal de Valdenoceda, rememoró su propio pasado. Su abuelo fue combatiente en el bando republicano, lo que le costó pasar por un campo de concentración, y su bisabuelo, Simón Toribio, fue fusilado con apenas 50 años. Su familia desconocía el paradero de sus restos y a la joven becaria le «picó la curiosidad». Observó como muchos de los presos de Valdenoceda procedían de Ciudad Real y pudo contactar con una de las asociaciones de memoria histórica de la provincia manchega que tiene localizado el lugar donde fue sepultado su bisabuelo, una fosa aún sin exhumar, la que suma 1.200 personas en el cementerio de Ciudad Real. Su padre murió muy joven y la joven becaria nunca tuvo noticias hasta ahora del bisabuelo.

Quieren ver la soledad. Patricia e Irene han querido conocer cada palmo del territorio. Y ni cortas ni perezosas han ido andando desde Puente Arenas a casi todos los pueblos del municipio, solo a unos pocos en coche. Allí no dudaban en charlar con todas las personas que quisieran saber algo de ellas. Se presentaban como «las becarias de Radio Valdivielso».

Acabado el verano, tras el intenso mes de agosto en que han colaborado con las actividades de la programación cultural y de ocio de 'Échale cuento', se irán el día 24 de septiembre con «muchísima pena». Tanta que admiten que quisieran conocer el duro invierno del medio rural, su soledad, la cara B de Valdivielso, «que es precioso». En septiembre ya han notado el bajón, pero siguen con la idea sobrevolando en su mente.

Y si algo se llevan es el cariño de los vecinos. «Parece que llevamos viviendo aquí muchos años y solo han sido unos meses», describen las jóvenes que califican su experiencia como «algo muy mágico». Ahora seguirán con sus vidas estudiantiles. Irene cursará un Máster de Prevención de Riesgos Laborales, dentro del ámbito de la Sociología Industrial y del Trabajo, mientras que Patricia se decantará por la investigación.