Migrantes sin hogar y crisis familiares copan la atención

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La llegada de personas procedentes de Ucrania provocó que en 2022 creciera sustancialmente el número de atenciones prestadas por el SUS, servicio municipal que gestiona la Fundación Lesmes

Muchas personas procedentes de Ucrania llegaron a deshoras a la estación de autobuses sin saber adónde acudir y el SUS les proporcionó ayuda. - Foto: Valdivielso

De la misma manera que después de que cierran los centros de salud se ha de ir al punto de atención continuada del Hospital Divino Valles si se tiene algún percance, cuando los centros de acción social (ceas) terminan su jornada laboral se pone en marcha otro dispositivo para atender aquellas situaciones que lo requieran. Se llama Servicio de Urgencias Sociales (SUS), es municipal, pero su gestión lleva años a cargo de la Fundación Lesmes con cuatro trabajadoras sociales que hacen frente a las situaciones de emergencia social que ocurren 'a deshoras'. El año pasado fueron 177 los casos atendidos, un 25% más el anterior, situación que desde el área de Acción Social del Ayuntamiento achacan a la llegada de personas procedentes de Ucrania "ya que hubo veces en las que aparecieron familias en la estación sin tener un lugar donde dormir". En cualquier caso, siempre es habitual que la casuística más frecuente del SUS sean personas migrantes sin hogar y transeúntes en general. En tercer lugar se situarían los conflictos de carácter familiar o entre personas que comparten vivienda en precario, pero también se atiende violencia de género (alrededor de un 10% de las intervenciones), conflictos vecinales, toxicomanías, etc.

Este tipo de casos son detectados por la Policía Local habitualmente por su presencia por las calles de la ciudad y por las llamadas que reciben, pero si cualquiera es testigo de una situación en la que pueda haber una crisis social: personas mayores perdidas, niños en dificultades, mujeres en problemas... debe llamar al 112, pues es desde este número de emergencias como contactan con el cuerpo de seguridad municipal y con el SUS si su presencia es necesaria. Una vez en el lugar las trabajadoras sociales realizarán una valoración y la derivación más adecuada en función de las circunstancias.

En este sentido, hay una buena coordinación -explicaron desde Acción Social- con Salud Mental, ya que es bastante frecuente que quien está en la calle sufra algún tipo de patología psiquiátrica. La mayor parte de las personas que se encuentran sin hogar son varones aunque es habitual, explican los expertos, que si son mujeres estén más deterioradas.

Mayores solos. El SUS también ha visto cómo en los últimos años se están incrementando las urgencias que tienen que ver con personas mayores que viven solas. "En este sentido, nuestros datos están bastante acordes con los de nuestros compañeros del servicio de Bomberos, que cada vez intervienen más en caídas de personas mayores. También es habitual que tenga que intervenir cuando un anciano se despista y se pierde".

El seguimiento de los casos que abordan las trabajadoras sociales del SUS tiene su continuación en los servicios sociales de base (los ceas) que abordan la problemática de las personas implicadas y, si es necesario, se buscan los recursos más adecuados para mejorar la calidad de vida de los afectados. Las soluciones pueden pasar por buscar un alojamiento alternativo (albergue, pensiones, pisos de emergencia para mujeres víctimas de violencia de género...) hasta gestionar ayudas económicas de todo tipo. También derivan a las personas, si así lo necesitan, a hospitales, centros de menores y ofrecen mediación, localización de familiares o apoyo psicosocial. Para ello se coordinan con otras áreas sociales de la ciudad, como Protección a la Infancia de la Junta.