La compraventa de fincas rústicas sigue disparada

I.P.
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La provincia registra 11.678 explotaciones, de las que el 92% están en manos de particulares. La entrada de jóvenes sigue generando los mayores movimientos en el cambio de titularidad

Vista general de Castrojeriz, rodeada de fincas, mayoritariamente de cultivo. - Foto: Luis López Araico

La incorporación de jóvenes al campo, con cambio de titularidad de parcelas de padres a hijos y la compra de otras antes en régimen de renta, y los fondos de inversión siguen tirando de las transmisiones de fincas rústicas en la provincia de Burgos. Aunque en términos globales estas registraron en 2022 apenas un crecimiento del 1,23% respecto a 2021, las referidas específicamente a la compraventa se dispararon, con un incremento del 26,52%, mientras los movimientos por herencias cayeron un 6,88%. 

Así, según los datos recogidos y analizados como cada año en el informe sobre la Estructura de Suelo Rústico de España por Cocampo, entidad que tiene como objetivo impulsar una economía agraria próspera y sostenible, el número de esas transacciones en 2022 alcanzó las 16.181 por las 15.983 que se registraron en 2021. 

Entre los tipos de transacciones, son las referidas a las compraventas las que ponen de manifiesto que invertir en terrenos rústicos sigue siendo rentable, bien por parte de los que se dedican a vivir de la agricultura, o en los últimos años por la incursión en este mercado de personas jurídicas y entidades que adquieren fincas para el desarrollo de otras actividades al margen del sector agrario, como puede ser la instalación de huertos solares, o para la puesta en marcha de proyectos de autoabastecimiento de productos hortícolas y verduras por particulares, sociedades o cooperativas.

En cuanto a estas operaciones de compra y venta en la provincia de Burgos, el año pasado se registraron un total de 6.296, por las 4.976 que sumaron en 2021, lo que supone ese porcentaje al alza del 26,52%. 

Sin embargo, el tipo de transacciones o transmisiones por herencias registrado en la provincia descendió, pasando de las 7.685 registradas en 2021 a las 7.156 que se contabilizaron el año pasado, lo que supone un descenso del 6,9%.

Esos datos ponen de manifiesto, en todo caso, que la mayor parte del suelo rústico de la provincia sigue en manos de las personas físicas, es decir de particulares, mayoritariamente agricultores y ganaderos. De las 11.6778 explotaciones registradas en el territorio burgalés, 10.722 son propiedad de particulares, lo que supone el 91,81% y tan solo 956 explotaciones son titularidad de personas jurídicas, el 8,19%. En cuanto a estas últimas, se reparten entre sociedades mercantiles, con 371 explotaciones inscritas, y titulares con otra condición jurídica, que suman las otras 585.

Pese a la incursión cada vez más de personas jurídicas en el suelo rústico, en la que también se incluirían cooperativas y entidades públicas, desde Cocampo se asegura que en Burgos como prácticamente en el resto del país, la estructura de propiedad se mantiene casi inalterable. En este sentido, Regino Coca, fundador de Cocampo, sí destaca el envejecimiento del sector, explicando que en torno al 40% de ese suelo es propiedad de personas que tienen o superan los 65 años, apenas ronda el 4% los que están por debajo de los 35 años.

En una provincia eminentemente agrícola como es la burgalesa, esos datos son interesantes, aunque también es cierto que la tendencia en los últimos años va variando, debido al incremento de jubilaciones en el sector agrario.

La crisis en otros sectores como la industria y los servicios ha impulsado la incorporación de jóvenes que en unos casos comparten la explotación con su padre u otros familiares, y en otro alto porcentaje han tomado el relevo por el cese de actividad de aquellos, lo que ha llevado consigo el cambio de titularidad de la explotación agraria y la adquisición por parte de los jóvenes de nuevas fincas para dimensionar sus tierras y rentabilizar la producción con la potente maquinaria agrícola actual. Compras, por otra parte, al igual que la maquinaria, que cuentan con subvenciones de las administraciones.

Por lo que respecta a la comparativa regional, las 6.296 operaciones de compraventa registradas el año pasado en Burgos, suponen el 25% de las llevadas a cabo en la comunidad de Castilla y León, donde se registraron 24.989, poniendo de manifiesto el peso del sector agrícola burgalés. 

El mejor año. 2022 ha sido en todo caso el año con más transmisiones realizadas de la última década. Así, en 2012 se registraron 14.878 por las 16.181 del pasado año, es decir, un 8,75% más.

Aunque el porcentaje más significativo de esas operaciones está en las compraventas, disparadas en estos 10 años en un 57,32%. En 2012 se contabilizaron 4.002 por las 6.296 del pasado año. Esos datos de hace una década son los más bajos en cuanto a cambios de titularidad de fincas rústicas de toda esta serie histórica. El segundo con menos operaciones de esa índole fue 2013, con 4.226 firmas de compraventas. 

Por lo que respecta a las transmisiones por herencias, en estos 10 años se ha pasado de 5.987 a 7.156, un 19,52% más. En todo caso, el año con más cambios en las notarias por herencias fue 2021, con un total de 7.685.