Una plaga amenaza el tesoro natural de la Demanda

P.C.P.
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El Servicio Territorial de Medio Ambiente ha constatado que hay al menos 210 hectáreas afectadas y plantea «eliminar» todos los árboles colonizados por los insectos y colocar trampas de feromonas para evitar que la población se dispare

Distintas imágenes de zonas con pinos enfermos o muertos, que se aprecian mejor en vistas panorámicas. - Foto: Aurelio Medel

La imagen de cientos de copas secas en medio del verdor resplandeciente de la Sierra hacía temer lo peor y esos negros presagios se han confirmado. Decenas de miles de pinos de uno de los grandes pulmones de Burgos, entre Neila y Huerta de Arriba, han muerto o se encuentran en fase terminal debido a una plaga de escolítidos, unos  insectos perforadores, que ha aprovechado el intenso episodio de estrés hídrico para minar la resistencia del bosque hasta desencadenar la tormenta perfecta.

El personal de Medio Ambiente de la Delegación de la Junta en Burgos ha comprobado que al menos 110 hectáreas de monte en Neila y otras 100 en Huerta de Arriba están afectadas, con arbolado muerto o muy decaído, aunque no en toda la superficie. El Servicio Territorial de Medio Ambiente reconoce enfrentarse a «un escenario confuso» que no solo requiere de la intervención del hombre sino que dependerá de cómo evolucione la climatología en los próximos meses. «Ante unas condiciones favorables que permitan a la masa forestal recuperarse del estrés fisiológico, los árboles se encuentran en disposición de enfrentarse a los ataques de perforadores. En caso contrario todo el monte es susceptible de ser colonizado, cuando no morir directamente por acúmulo de estrés hídrico», detallan a este periódico. Este último supuesto conllevaría una auténtica tragedia medioambiental para la Sierra de la Demanda y para la provincia entera, puesto que los dos montes de utilidad pública afectados, Ahedo-Pinar y Santa Engracia, suman más de 7.700 hectáreas forestales.

El tiempo corre en contra del Servicio Territorial de Medio Ambiente, puesto que resulta necesario atajar la situación antes que la temperatura media suba por encima de los 18 grados. Es entonces cuando los individuos adultos de Ips acuminatus comienzan el vuelo y colonizan nuevos árboles. Pero no solo la operación demanda una máxima urgencia, sino también entraña una gran dificultad, puesto que la masa forestal afectada se encuentra en zonas «de orografía complicada, a gran altitud y elevada pendiente», avisan después de haber realizado un complejo y documentado análisis.

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