Héctor Jiménez

Ni confirmo ni desmiento

Héctor Jiménez


La estación no estaba tan lejos

20/05/2023

De veras que es una imagen sorprendente. Si no lo han visto, porque no han tenido el gusto de ser pasajeros o porque no les ha tocado llevar o recoger a nadie, les recomiendo que se den una vuelta. Porque la estación de trenes, esa que se pasó varios años moribunda, definitivamente ha resucitado. Su aparcamiento es la demostración palpable de que otro modelo de transporte es posible, y de que las políticas públicas condicionan, y mucho, la respuesta ciudadana.

Los argumentos de que la terminal Rosa Manzano está en el quinto pino respecto al centro histórico (cierto), de que es un edificio frío e inhóspito (verdad) y de que no tiene ni siquiera cafetería (vergonzoso) han sido superados por una buena oferta. Primero, porque se han recuperado frecuencias, se han añadido las del AVE y gracias a ello los paneles informativos con los horarios de la estación han dejado de dar pena. Segundo, y sobre todo, porque la política de abonos que permite viajar gratis o a precios muy baratos anima a la gente a volver al tren que había olvidado.

El resultado es que el párking se está quedando pequeño. En serio. Lo que hace años parecía absolutamente imposible está sucediendo. Sobran pocas plazas. A poco que se añadan nuevas frecuencias empezarán los estacionamientos irregulares en cunetas o carriles de circulación. Ya se ven los primeros amagos.

En 2018 el Ayuntamiento amenazó con implantar algún tipo de cobro en un suelo que defiende como municipal y ahora pueden volver las tentaciones. Espero que no se les ocurra. Nada sería más desincentivador del uso del tren que la obligación de pagar por aparcar en un sitio que queda retirado, pero que realmente no estará lejos mientras se pueda llegar fácilmente a él. Y que no me vengan con el transporte público, porque en este caso el vehículo privado no tiene rival.

La ciudad tiene, justo frente a la estación, una hermosa parcela para equipamientos. Ahí debería ir, algún día, la terminal de autobuses interurbanos, pero mientras cuaja ese proyecto eterno bien podría adecentarse como solar de estacionamiento GRATUITO. Todo con tal de no entorpecer el crecimiento que, por fin, viene experimentando el uso del ferrocarril en la ciudad. 

Advertidos quedan los que gobiernen los próximos cuatro años. Me espero, sin embargo, cualquier cosa. Por ejemplo, un encuentro de charangas en el vestíbulo de la terminal para amenizar la espera.