El juicio por el tiroteo de la calle Vitoria quedó visto para sentencia. Tras dos días de declaraciones en la Audiencia Provincial de Burgos, el autor de los disparos -P.G.J.- quedó en libertad y a la espera de la decisión del tribunal, que tendrá que decidir qué pena le impone por herir con su escopeta a tres personas. Su defensa solicitó para él una condena de dos años de cárcel por el delito de lesiones con instrumento peligroso, por las heridas que causó a Y.G.M. y a D.R.M. Además, el abogado compartió con el Ministerio Fiscal que los daños que sufrió M.M.R. tienen que quedar en una multa económica.
El representante del acusado reconoció que fue su cliente quien disparó, pero la diferencia de criterios en cuanto al castigo residió en que según el letrado debe estimarse «la situación que vivió mi representado». Con los atenuantes que alegó, buscó una rebaja en la condena, que puede ascender a catorce años de cárcel porque ni el fiscal ni la acusación particular modificaron sus peticiones.
Entre las consideraciones de la defensa, calificaron los hechos como legítima defensa. «Se enfrentaba a una lesión inminente», ya que las víctimas en un primer momento acudieron al portal de P.G.J. «intentando acceder a su domicilio y amenazándole de muerte». Tanto el fiscal como la acusación negaron que pueda considerarse que la integridad del hombre corriera riesgo, porque estaba en su casa protegido por la puerta del portal y la del propio domicilio (...).

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