La reina de los 80

A.G.
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La segunda edición de 'Yo también leía Súper Pop', del burgalés Javier Adrados y Ana Rius, va camino de convertirse en el regalo estrella de la Navidad. El cedé con el que se acompaña, con música de la época, ya está en la lista de los más vendidos

Portada del libro 'Yo también leía Súper Pop'

Se acababa de morir Franco y este país comenzaba un camino hacia las libertades incierto y trufado de riesgos. Pero mientras la clase política hacía equilibrios para no volver por la tremenda senda que se había dejado atrás y para que la crisis económica y el terrorismo no aguaran la recién nacida democracia, la gente joven decidió que había llegado la hora de quitarse la pesada trenca de color azul marino y ponerse las mallas rosas y las hombreras y pintarse el pelo de malva. Había ganas de divertirse y de comerse el mundo. Surgieron así, grupos musicales que en nada se parecían a los de la generación anterior con looks imposibles y letras gamberras y cantantes guaperas que hablaban de lo que las adolescentes querían oír. Detrás de ellos llegaron las fans y como punto de encuentro entre unos y otras, la reina de los 80: la revista Súper Pop. Nadie de la generación X puede decir que no la conociera. Ellas la adoraban y ellos, aunque disimulaban, también la leían. Las paredes de las habitaciones y las carpetas de las estudiantes de BUP y COU se llenaron de pósters de Camilo Sesto, Tequila, Iván, Miguel Bosé, Los Pecos, Leif Garrett, Mecano, Hombres G o Spandau Ballet... ¿Le ha entrado la nostalgia? Si es así,  está de suerte. Hace apenas un mes ha salido a la venta la segunda edición del libro Yo también leía Súper Pop, del burgalés Javier Adrados y Ana Rius, que fue directora de la revista entre 1984 y 1989. También está en el mercado el doble cedé Yo también bailaba con Súper Pop, con 38 canciones de la época y que ocupa el número 1 en ventas en el top de recopilaciones.

Adrados no disimula que para él está siendo un sueño la gran acogida de este relato lleno de nostalgia para  mayores y de información para jóvenes curiosos, y se acuerda del niño que fue y cómo en Moradillo de Roa, y entre las páginas de aquella revista musical, empezó a sentirse menos solo y menos diferente y a disfrutar de su música y sus ídolos. "Súper Pop era el Facebook de la época, allí nos enterábamos de todas las cosas que les pasaban a nuestros cantantes favoritos, de sus intimidades y, además, permitía a los jóvenes hablar de las cosas que les interesaban, de sus amores, de los primeros escarceos sexuales... Había una sección de cartas a través de las que buscar amigos o ligues... Además, aunque no fue su intención, abrió una puerta al público gay que en ese momento se encontraba huérfano de referentes, con esos titulares de ‘Miguel Bosé al desnudo’ pero que nunca eran ciertos", comenta, divertido, el autor, quien rememora que a él le llevaba la revista el pescadero que pasaba todas las semanas a abastecer a su pueblo . 

El primer número de la revista salió en 1977 y en su portada llevaba a un jovencísimo Camilo Sesto. Entre los contenidos, una manualidad con la que las jóvenes lectoras podían aparecer en una foto con Lorenzo Santamaría (un galanzote del que ya poca gente se acuerda), noticias sobre los Eagles, los Sex Pistols y Pink Floyd y pósters de Miguel Gallardo, Sandro Giacobbe, Paul McCartney, Miguel Bosé y Bruce Lee. Fue una publicación pionera en muchos campos. Los regalos, por ejemplo. No había número que no llevara pegatinas, chapas y hasta mochilas, bolsas de playa y carpetas.

Yo también leía Súper Pop nació de una "maravillosa casualidad", tal y como la define Adrados. En una ocasión, le llamaron para participar en un debate en la Cadena Ser sobre música en el que estaba Ana Rius en calidad de exdirectora de la revista. "Medio en broma, medio en serio le dije que siempre había sido muy fan y que me encantaría escribir un libro sobre Súper Pop y ella me contestó que no le importaría. Yo acababa de publicar un libro sobre Mecano en Planeta, con el que parece que se quedaron contentos, les planteé este nuevo proyecto y desde el primer momento me dijeron que sí", señala el burgalés, que inició su carrera en la industria discográfica en el año 1992 como freelance en la compañía Virgin, gracias a la recomendación de Nacho Cano, y de allí dio el salto a Sony Music, y ha trabajado con artistas como La Oreja de Van Gogh, Mónica Naranjo, Ana Torroja, Chambao, Ana Belén o El Canto del Loco.

El libro cuenta con un prólogo, un epílogo y 19 capítulos en los que se hace un recorrido por las secciones  míticas de la revista y los artistas más importantes que se pasearon por aquellas páginas, que dejaron de publicarse en 2011. Algunos ejemplos son los dedicados a Los Pecos (con el título de El verdadero despertar del movimiento fan), a Miguel Bosé (El príncipe del pop), a Mecano (La nueva ola), a Hombres G (El neopijipunk), a Alejandro Sanz (Pisando fuerte), a Marta Sánchez y Sabrina (Y todas las chicas guerreras) o a Pedro Marín e Iván (Los dos efebos del pop español).