La Junta de Castilla y León tuvo unas necesidades de financiación de 144 millones de euros hasta abril de este año, 29 millones menos que en el mismo periodo de 2018, lo que supuso un déficit del 0,24 por ciento del PIB autonómico, cuando un año antes se situó en el 0,29 por ciento, según los datos difundidos hoy por el Ministerio de Hacienda y Función Pública.

El objetivo de déficit para todo el año es de 0,3 por ciento. Castilla y León se comportó por encima del conjunto de las autonomías, que incurrieron en un déficit de 2.425 millones de euros, el 0,19 por ciento del PIB global; cuando un año antes había solicitado 1.994 millones, el 0,17 por ciento sobre el PIB.

Hacienda indicó que los recursos se incrementaron un 4,6 por ciento, principalmente por la mejora de los impuestos, que crecen un 6,9 por ciento (1.256 millones). También de las transferencias entre administraciones públicas, que se elevaron un 4,7 por ciento (1.307 millones).

Por su parte, los empleos crecieron un 5,3 por ciento. Destaca, según el Ministerio, el incremento del seis por ciento de la remuneración de asalariados y del 5,9 por ciento de las prestaciones sociales distintas de las transferencias en especie. En sentido contrario, los intereses se redujeron un 2,5 por ciento.

En conjunto, el déficit de todas las Administraciones Públicas ascendió al 0,31 por ciento del PIB, un 4,2 por ciento inferior al registrado en el mismo periodo del año anterior. Por otra parte, también se ha publicado la ejecución presupuestaria del Estado correspondientes al mes de mayo, que registró un déficit del 1,21 por ciento del PIB.