El Ayuntamiento de Llano de Bureba ha contratado con el beneplácito de los vecinos una empresa experta en erradicar plagas de termitas, un insecto que poco a poco se ha adueñado de casi el 100% de las construcciones antiguas con estructuras y cubiertas de maderas viejas del municipio. El presupuesto de la actuación ronda los 30.000 euros y el equipo de gobierno pretende «subvencionar parte de la inversión para que los ciudadanos se ahorren un pellizquito», manifiesta el concejal David Martínez.
Según las explicaciones que los técnicos han proporcionado a los damnificados «la humedad y la cercanía del pueblo al arroyo de Fuentespino» provoca que aproximadamente 50 edificaciones -viviendas, cuadras o lonjas- se hayan convertido en el «menú estrella» para que estas invasoras se hayan expandido por toda la localidad.
Algunos propietarios ejecutaron en su día tratamientos contra los bichos aunque todos ellos aseguran que «no sirvió de nada». Juan Carlos Salazar pagó hace cinco años 1.500 euros para hacer desaparecer a las termitas. Sin embargo, cuatro después, parte de la trasera de la casa se desvaneció por culpa de estos insectos que se alimentan de la madera. «No tuvimos que lamentar daños personales pero la broma nos va a suponer un gasto superior a los 10.000 euros», asiente el hombre. Su vivienda corresponde a una en las que la empresa ha comenzado con las intervenciones. «Se nos van a juntar las obras de rehabilitación con los trabajos de los técnicos», expresa con gracia el afectado. En primer lugar se han colocado reclamos de papel impregnados con celulosa para atraer a los insectos. «Así es como comprobarán si en las viviendas hay existencia de termitas», afirma el concejal.
En los inmuebles gravemente afectados estructuralmente se realizará un tratamiento por inyección a presión de las piezas dañadas y que no sean sustituidas. En la base de los muros exteriores plantean realizar una monitorización con testigos de madera separados y en aquellos puntos en los que detecten actividad, se emplearán cebos empapados en un regulador de crecimiento. Dicho sistema permite la transmisión del producto a toda la colonia.
Los propietarios de los inmuebles dañados desconocen cuál fue el primer lugar en el que se apreciaron señales de la presencia de este insecto, pero manifiestan su alegría ante el apoyo del Consistorio para tratar el asunto. La madre de Rocío, otra de las vecinas, se quedó en un casi abrir y cerrar de ojos sin una viga cubierta de yeso. «Nos dimos cuenta que se había rajado y cuando retiraron el material nos llevamos la gran sorpresa de que la madera había desaparecido, se la habían devorado», afirma.
David, otro residente, se encuentra en la misma situación. Su vivienda no corre el riesgo de venirse abajo al ser de nueva construcción y no tener una estructura de madera. Sin embargo, la cuadra en la que guarda herramienta presenta un estado muy deteriorado por las termes.
Desde el Ayuntamiento recuerdan que el sábado volverán los técnicos y visitarán todas las viviendas para comprobar si las termitas están haciendo de las suyas. Piden a los vecinos que permanezcan en sus casas para mostrárselas a los trabajadores.