Gran choque cultural a 300 Kilómetros de casa

S.F.L.
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14 jóvenes de Madrid participan en una campaña de voluntariado sobre desarrollo rural sostenible en Poza

Los voluntarios han aprendido a elaborar sal en las salinas bajo las directrices de Narci, un experto en la materia. - Foto: S.F.L.

Sentimientos de confusión y nerviosismo se apoderaron de Lucía, una joven de Las Rozas, cuando sus padres la informaron de que pasaría doce días en unos campamentos fuera de su región. Una extrema timidez la caracteriza y por ello, el cambio a otro lugar la resultaba abrumador. Pero todas esas sensaciones se esfumaron según piso tierra en Poza de la Sal. Diego también participa en los campamentos organizados por la Asociación AIPC Pandora por imposición de sus progenitores, aunque días antes de abandonar el nido se informó de la programación y le entró el gusanillo de conocer tierras burgalesas. 

María, una de las monitoras, confiesa que todo está «surgiendo sobre lo acordado» y que los jóvenes están «muy contentos» a pesar de que «nunca antes» se había topado con un grupo que sufriera un choque cultural tan grande. «Percibo que el shock todavía les dura. Vienen de un entorno muy diferente donde su realidad diaria se aleja de la que tenemos por estas zonas», explica. 

La temática programada para los 14 jóvenes girará hasta el lunes en torno a una serie de actividades que permiten madurar el desarrollo de competencias como el liderazgo y reflexión en temáticas sociales relacionadas con los retos globales para erradicar la pobreza o proteger el planeta. «Intentamos que la gente joven de la ciudad valore que lo rural se puede llegar a entender como un espacio de libertad y que el medio natural puede hacer las veces de escuela ambiental abierta y autodidacta», explica la instructora.

Eduardo y su amigo Pedro han aprendido bien la lección y ambos encuentran la villa salinera y el entorno de Las Merindades lugares muy interesantes para conocer y… «¿quién sabe?, tal vez desarrollar un proyecto», declaran. «Hablan mucho de la España Vaciada en los medios pero nunca sacan estos territorios en las noticias y creemos que son sitios dignos de conocer», añaden.

Entre las actividades que realizan en la villa salinera- la construcción de una pérgola, mesas con bancos, cartelería para la Ruta de las Salinas y la elaboración de sal- y las labores de voluntariado en otros emplazamientos, lo que más ha llamado la atención a los participantes ha sido al tiempo vivido junto a Leandro, un pastor del Valle de Valdivielso, sus ovejas y perros, y los tres días de convivencia con Josu en la Casa del Parque de Oña.