"Educativamente, mantener escuelas de 4 niños no es sensato"

B.G.R.
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Es catedrático de Bachillerato pero su vida profesional se vincula a la gestión. A sus 61 años dice adiós a la Dirección Provincial de Educación, al frente de la que ha estado 16 años en dos etapas distintas con un parón en el Consejo Escolar

"No estoy de acuerdo con mantener abiertas escuelas con 3 ni - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Ya se ha despedido de los directores de los centros y deja preparado el próximo curso a quien vaya a sustituirle. Llegó a la Administración en 1996 como Jefe de Programas y tres años más tarde se convirtió en el máximo responsable de la Dirección Provincial, a la que se refiere como «esta casa». Ahora, cuando está a punto de dejar su despacho, hace balance del trabajo realizado, de sus satisfacciones y de lo que le hubiera gustado conseguir y no ha podido.

Ha visto pasar por encima de su mesa la LOGSE, la LOCE, la LOE y la LOMCE. ¿Con qué ley se queda?

Con un refrito de todas ellas. Alguno puede pensar que con la LOMCE, que es la última y producto del PP, pero es una forma de llamar a unos artículos que modifican la LOEde 2006. Me quedaría con algunos aspectos que  la que está en vigor tenía previsto tener pero que no tuvo en aras a un pacto educativo que, obviamente, no se ha producido.

¿Cómo por ejemplo?

Los exámenes al final de las etapas.

¿Las reválidas?

No, los exámenes globales al final de las etapas. Las reválidas son otro concepto. Es un elemento que me parece clave, que lo tienen todos los países de nuestro entorno. Eso armonizaría mucho el sistema. Cuando escucho manifestaciones de alumnos pidiendo  un examen único de la EBAU, digo: ¡eso está en la LOMCE! y no se ha puesto en práctica a la espera de ese pacto.

El Ministerio está reformando la ley. ¿Qué le parece?

Una barbaridad.

¿Por qué?

Porque va en contra de mi concepción de la educación. Hablo de los exámenes al final de etapa, de la homogeneización del sistema en toda España, con las particularidades que cada comunidad, cada provincia o cada centro deban tener. Lo que está haciendo la llamada Ley Celaá es ir hacia lo contrario, a la desvertebración del sistema.

¿Está entonces de acuerdo con las voces que quieren devolver las competencias al Estado?

No, no hablo de las competencias, hablo de la estructura del sistema. Cuando se transfieren las competencias a las comunidades autónomas, lo que se transfiere es la gestión porque el sistema educativo es único en España. Lo que ocurre es que en la práctica se está utilizando esa capacidad de gestión de la educación para desmembrar el sistema. Hay regiones como la nuestra y otras que nunca han tenido la tentación de utilizar la capacidad competencial para desestructurar el sistema y hay otras que, sin embargo, sí.

¿Por qué les cuesta tanto a los políticos ponerse de acuerdo en temas de educación?

Nunca va a haber acuerdo en tema de educación.

¿Nunca habrá un pacto de Estado?

En España, no.

¿Y por qué?

Es largo de explicar, pero tiene que ver son la sociología del país. Esta estructura de sistema homogéneo, descentralizado en su gestión, es contraria a la filosofía histórica del PSOE. No sé si todo el mundo de este partido, pero sí los que normalmente lo dirigen, apuntan a la desmembración del sistema. En Francia, Italia y Alemania ningún partido se cuestiona el sistema y aquí sí. No necesitan llegar a un pacto de Estado porque son cosas de lógica. En España no lo habrá y la retirada de algunas consideraciones de la LOMCE fue en aras a ese acuerdo y me pareció de una ingenuidad política por parte del PP alucinante.

Al principio de esta legislatura dijo que le gustaría acabarla logrando que todos los institutos burgaleses fueran bilingües...

No lo he conseguido porque la oferta de secciones bilingües no puede imponerse a los centros. Puede que en un futuro inmediato y así es lo que tenemos entre manos en la Consejería, esto ya no sea una opción. El bilingüismo tiene que ser una obligación. A estas alturas de la vida no puede haber ningún centro sostenido con fondos públicos, público o concertado, que pase de ofrecer una posibilidad bilingüe a los alumnos. 

¿Pero no sería más práctico aumentar la carga lectiva que aprender las partes de una flor en inglés?

Ese es un argumento que queda desmontado por lo que ocurre en la mayoría de los países europeos. Está muy claro que los alumnos que estudian en un sistema bilingüe, su competencia curricular en las materias impartidas en inglés y en las que se han dado en español es la misma al final de la etapa obligatoria. Es posible que en etapas tempranas pueda haber algún desajuste.

¿Dudó en algún momento de que se fuera a construir el nuevo colegio de Villímar?

No. Sí que es cierto que con la crisis  el capítulo que más se redujo en la Junta, hasta un 92%, fue el de las infraestructuras. Eso suponía que peligrara el hacerlo en ese momento, pero no que no se haría. Hemos ido resolviendo otros temas de infraestructuras y la situación económica ha ido mejorando, así que en cuanto ha sido posible ahí está el colegio de Villímiar. Había personas que no me creían, pero esta casa, los servicios de la Consejería y el alcalde han hecho mucho por esto.

¿Son necesarias nuevas infraestructuras educativas a corto plazo?

No. Por una de las cosas que me voy contento es porque el tema de las grandes infraestructuras está resuelto. Alguien puede decir que quiere un polideportivo, pero eso significa que todo lo demás lo tienes resuelto. Es necesario mejorar algunas o adaptar otras, pero la base está.

Si cada vez hay menos niños, ¿pasará mucho tiempo hasta que veamos cerrar colegios?

Lo que ocurra dentro de diez años soy incapaz de decirlo. En este momento, tal y como está la evolución demográfica, no se va a producir el cierre de ninguno en los núcleos poblacionales importantes. Alguna pequeña escuela, con 4 o 5 alumnos, pues es posible que se cierre.

¿Qué piensa de la decisión del consejero de mantener abiertas las escuelas rurales con tres alumnos?

Dijo con tres años en unas determinadas condiciones, una de ellas es que en ese momento tenga tres pero el número de niños más pequeños que no estén escolarizados suponga que haya cuatro, cinco o seis los siguientes años. Luego, también, que los ayuntamientos quieran mantener esa situación o los padres lo soliciten... Todo esto son condiciones y las que no tienen condición de ningún tipo son las de cuatro alumnos.

¿Y qué le parece tanto que tengan tres como cuatro?

Educativamente, no estoy de acuerdo. Soy director provincial y mientras lo siga siendo gestionaré lo que mi consejero establezca, con lo que tengo que ser organizativamente solidario. Ahora, como profesor entiendo que desde el punto de vista educativo mantener escuelas con tres o cuatro alumnos no es sensato. El colegio no solo es un lugar donde se aprende, sino también un lugar de socialización. Es muy importante la capacidad de interaccionar con otros alumnos de la misma edad. La escuela es mucho más que aprender la tabla de multiplicar.

¿Qué opina de que puedan llegar a desaparecer los centros de educación especial?

No van a llegar a desaparecer. A lo largo de esta legislatura ha habido voces en el sentido de que debían desaparecer o tender a reducirlos y he sido desde el primer día totalmente contrario a ellas. Yo soy partidario de que continúen en su sitio porque es una alternativa educativa extraordinaria para estos alumnos.

¿Por qué ha decidido retirarse?

Pues porque ya son años y creo que es el momento. Alguien tiene que tener nuevas ideas y nuevos empujes a esta casa.

¿Con qué consejero se ha sentido más respaldado?

Con todos, pero he tenido especial relación de personal y coincidencia con Juan José Mateos.

¿Nunca le ha tentado el PP para dar el salto al terreno político?

Nunca se me ha ofrecido.

¿Pero le hubiera gustado?

Me encanta la política, pero en un plano más de reflexión teórica. Por ejemplo, me asusta enormemente la política local porque es muy cercana, inmediata y exigente. Probablemente, si me hubieran ofrecido estar en la lista del Ayuntamiento lo hubiera rechazado.

¿Qué se le ha quedado en el tintero?

Ahora pienso en muchas cosas que podría haber hecho o que quizás quise hacer pero no pude porque tengo que someterme a una estructura administrativa. Me hubiera gustado ser más incisivo en la formación del profesorado y elogio la labor que hacen los centros de formación con pocos recursos.