Sigue la búsqueda sin perder la esperanza

F.L.D.
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Sin pistas sobre las 12 personas que siguen en paradero desconocido desde hace años. La Policía Nacional y los propios familiares dan a muchos de ellos por fallecidos

Imagen de un cartel de Guillermo Cancho, desaparecido en 2006. - Foto: Alberto Rodrigo

Sus carteles permanecieron durante muchos meses, incluso años, en algunas farolas o árboles de diferentes municipios de la provincia. Puede que alguno de ellos quede como símbolo de la inquebrantable esperanza de sus familiares de encontrar a sus seres queridos sanos y salvos, por muy improbable que eso pueda parecer. Son los casos sin resolver. Doce personas que llevan años en paradero desconocido, la mayoría se dan por fallecidos e incluso se ha procedido a declarar el expediente de declaración de ausencia definitiva. 

Es lo que ocurrió, por ejemplo, con Guillermo Cancho, que el 4 de mayo de 2006, durante un paseo, dejó de dar señales de vida. Se le buscó durante mucho tiempo sin que hubiese una sola pista para poder dar con él. Sus allegados decidieron en 2017 comenzar los trámites para darle por ausente. Fue un caso muy parecido al de María de los Ángeles Andrés Martínez, de 86 años de edad y con un principio de demencia senil, que el 22 de noviembre de 2011 salió de su domicilio de la calle Vistalegre, en la localidad de Melgar de Fernamental, para dar un paseo, como solía hacer cada tarde. Fue vista por algunos vecinos caminando cerca de sus domicilio ese mismo día, pero nunca más se supo de ella. 

En la Comisaría Provincial, donde dos o tres veces al año actualizan los datos y tratan de buscar alguna pista para esclarecer estos expedientes, mantienen abiertas otras desapariciones desde hace más de una década, como la de José Pablo Ayuso, al que se le perdió la pista en el año 1996, o la de Dinse Devaise, del que creen que pudo fugarse a otro país sin decir nada a su familia. Existen, además, otros tres expedientes sin resolver de personas que no desaparecieron en Burgos pero cuyas familias presentaron la denuncia en la provincia. Son Diego Moya, Nadia Santana y Hamid El Haidqui.

La Policía Nacional hace tiempo que dio por fallecidos, o más bien asesinados, a otras cuatro personas en paradero desconocido, dos de ellas conectadas porque detrás podrían estar los mismos autores. El primero es Abdón González, un vecino de Medina de Pomar que se esfumó sin dejar rastro en 2001, al igual que Cristina Murié, que lo hizo un año más tarde. En ambos casos planea la sombra del homicidio y llegaron a reabrirse cuando aparecieron nuevas pistas y declaraciones de testigos arrepentidos, pero volvieron a cerrarse por falta de pruebas.

Tampoco ha aparecido aún la mirandesa Marisa Villaquirán, a la cual la Policía da por fallecida pero no ha encontrado el cadáver. A finales de 2017 pudo dar por resuelto el caso al hallarse unos restos óseos en un paraje próximo a la ciudad, pero finalmente se descartó que fueran de ella. Su marido, Rafael Gabarri, fue condenado a 14 años de prisión por detención ilegal. En situación similar se encuentra Shibil Angelov, en paradero desconocido desde 2013. La Guardia Civil tiene claro que está muerto y lo ha buscado en el paraje en el que apareció su coche calcinado.