Mejorar la BU-825 cuesta 1,8 millones

P.C.P.
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El delegado se reúne con los alcaldes de Monterrubio, Barbadillo de Herreros, Pineda y Riocavado y se compromete a buscar financiación para relanzar el proyecto, ya redactado

Imagen de archivo de la carretera BU-825, a la altura del kilómetro 23. - Foto: F2 Estudio

El delegado de la Junta de Castilla y León en Burgos, Roberto Saiz, se ha comprometido con los alcaldes de las localidades de la Demanda que utilizan la BU-825 a dar prioridad al proyecto de mejora de los 14 kilómetros de carretera entre Barbadillo de Herreros y Monterrubio, para cuya ejecución se necesitarían cerca de 1,8 millones de euros.

Tras las quejas formuladas desde los municipios en este periódico por la falta de respuesta a sus demandas y el estado de la carretera, con tramos que más parecen un «camino rural», el responsable de la administración regional mantuvo una reunión de urgencia con los primeros ediles de Barbadillo, Monterrubio, Riocavado y Pineda de la Sierra. En ella les explicó que  el  Servicio Territorial de Fomento de Burgos tiene redactado desde el pasado ejercicio un proyecto de refuerzo del firme de la BU-825, entre los puntos kilómetros 14,200 y 28,300, que además busca ganar seguridad vial con la colocación de barrera de seguridad en muchos tramos en los que actualmente no hay y se considera necesaria.

Roberto Saiz reconoce que se trata de una «vía importante» para la Demanda y su conexión con la comunidad de La Rioja, por lo que tratará de buscar financiación para el proyecto. Los alcaldes también pidieron mejoras en la BU-820, que enlaza con la BU-825 desde Ibeas de Juarros (N-120) por el embalse del Arlanzón, aunque en este caso tendrán que esperar.

DISUASORIOS DE FAUNA. Precisamente la BU-820 es una de las carreteras en las que la Consejería de Fomento va a actuar para tratar de reducir el número de accidentes con fauna silvestre. Acaba de contratar con la empresa Hermanos Aguado por 14.727,2 euros la aplicación de disuasorios olorosos en esa vía, desde Ibeas de Juarros a la BU-825, y también en la BU-800 (la conocida como herradura entre Cardeñadijo y Cardeñajimeno).

Se trata de productos, tanto orgánicos como sintéticos, que imitan olores de depredadores a fin de ahuyentar a la fauna salvaje y se pulverizan directamente en los márgenes de las carreteras junto con una resina resistente a factores climatológicos que garantiza un efecto duradero de hasta tres meses.