Ona consigue su segunda plata a ritmo de Brown y Pavarotti

Francisco Ávila (EFE)
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La española amplía su medallero mundial, hasta los 23 metales, gracias a una gran puntuación de 94,5667 lograda en el ejercicio de solo libre en Gwagju

Ona consigue su segunda plata a ritmo de Brown y Pavarotti - Foto: STEFAN WERMUTH

La medalla de plata lograda en solo libre por Ona Carbonell, la mujer más laureada de la historia de los Mundiales de Natación, llegó este miércoles con una gran puntuación (94,5667) y al son de James Brown y Luciano Pavarotti. Es la tercera medalla de Carbonell en este mundial, después de la plata conseguida en el solo técnico y el bronce como componente del equipo español de Highlight, pero esta tiene otro sabor. Carbonell sumó una gran puntuación, solo por debajo de la imbatible Svetlana Romashina, que atesora 20 medallas en Mundiales, pero todas ellas de oro. La española superó a la japonesa Inui en 1,3667 puntos.

Elegante en la piscina, vestida con un bañador de pedrería en tonos turquesa, morados y negro diseñado por Mercedes Jordán; su ejercicio en el agua rayó la perfección. Se vio la supervisión coreográfica de su entrenadora, Mayuko Fujiki, pero sobre todo la mano de Virginie Dedieu, la francesa que dominó en mundo de los solos entre Barcelona 2003 y Melbourne 2007 y ahora es la entrenadora de la catalana.

Y la pieza elegida para todo ello emocionó a los espectadores y a las jueces. Se trata de It's A Man's Man's World, un clásico de James Brown de 1966, pero que tenía una sorpresa añadida: la voz del tenor italiano Luciano Pavarotti, que colaboró en 2002 en un dueto tan magnífico como sorprendente.

Ona consigue su segunda plata a ritmo de Brown y PavarottiOna consigue su segunda plata a ritmo de Brown y Pavarotti - Foto: KIM HONG JILa catalana guardó celosamente y en secreto su ejercicio libre. No desveló su composición hasta que lo nadó por primera vez hace un par de días en Gwangju. Hasta entonces, solo las paredes de la piscina interior del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat y sus compañeras de equipo fueron cómplices de lo que Ona Carbonell preparaba.

La plata es el premio máximo al que habrá podido acceder Ona en las grandes competiciones de la sincro, siempre a la sombra de Dedieu, ahora su entrenadora, o de las rusas Natalia Ischenko o Svetlana Romashina, pero siempre será una de las grandes, como lo demuestra su palmarés.

Y es que con su vigésima tercera medalla en un Mundial se queda a cuatro de las 27 conseguidas por el estadounidense Ryan Lochte y a seis de las 33 del icono de la piscina, Michael Phelps, que es con 28 el deportista de la historia con más medallas olímpicas.