La demora para una resonancia magnética aún supera el año

G.G.U.
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Las personas que necesitan esta prueba diagnóstica en el HUBU han de esperar 371 días para poder hacérsela

Los TAC y las resonancias son pruebas cada vez más demandadas. - Foto: Luis López Araico

Los datos de las listas de espera de las cuatro pruebas diagnósticas más demandadas (TAC, resonancia magnética, ecografía y mamografía) mejoraron algo en verano, pero siguen obligando a los pacientes a esperar entre nueve y doce meses para la cita, según los últimos datos hechos públicos por la Consejería de Sanidad. De las cuatro técnicas, la única en la que se sigue superando el año es en la resonancia magnética, en la que la demora total todavía es de 371 días (12,3 meses).

Este dato se obtiene de la suma de las cifras que Sacyl admite para cada una de las tres listas de espera vigentes en todos los hospitales y centros de especialidades públicos de la región: la estructural (aquella en la que el paciente tiene cita con fecha y hora para la prueba), la que incluye a quienes han aplazado voluntariamente la cita y todavía no saben cuándo podrán reubicarlos y la que engloba a las personas a quienes se les ha aplazado la cita por criterio médico. Hasta el último cambio de gobierno en la Junta, Sacyl solo facilitaba información sobre la primera lista, la estructural, en la que el paciente tiene datos concretos sobre cuándo se le hará la prueba y en la que, las más de las veces, la demora es más corta.

 

DATOS MEDIOS

En el caso de Burgos, por ejemplo, la excepción son las mamografías, donde las pacientes que tienen que esperar más tiempo lo hacen por decisión profesional: 130 días (cuatro meses) a fecha del pasado 30 de septiembre, mientras que quienes están en el listado convencional esperan 111 días y 88 (algo menos de tres meses) quienes solicitaron un aplazamiento por decisión propia. La demora de los tres listados, sin embargo, superaría los once meses de espera, mientras que la media se quedaría en poco más de 90 días.

En lo relativo a las resonancias magnéticas, en cambio, sucede lo contrario. Si Sacyl solo ofreciera los datos relativos a la demora de quienes tienen día y hora concreta para su prueba (lista estructural), podría afirmarse que los pacientes del HUBUesperan menos de un mes para ello (29 días). Pero si se añaden los datos de los aplazamientos voluntarios (186 días) y las citas pospuestas por criterio médico (156 días) la información cambia de forma significativa al sumar un total de 371 días de demora, que se convertiría en 123 días (cuatro meses) si se sacara una media.

A pesar de que ni los totales ni las medias son buenos datos, las demoras se han acortado con respecto al segundo trimestre del año.