El Mirandés, en tierra de nadie

Ó.C.
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El conjunto rojillo afronta los últimos siete encuentros de LaLiga SmartBank con la permanencia prácticamente en el bolsillo, pero con los puestos de fase de ascenso casi imposibles

Berrocal, de rodillas durante el último partido en Anduva ante el Tenerife. - Foto: Alberto Rodrigo

El Mirandés tiene por delante los últimos siete encuentros de Liga. En este tramo final, la ilusión por cotas mayores o el temor del descenso empieza a notarse en muchos equipos que ven cómo las balas de su recámara se acaban. La sensación no agobia tanto en el cuadro rojillo, que llega a esta parte de la temporada en una posición cómoda, aunque lejana de los puestos de play off, lo que le deja en tierra de nadie. 

La clasificación en cualquier caso resulta envidiable para un conjunto como el de Anduva. El objetivo de la permanencia se instaló a fuego en el discurso de todos los estamentos rojillos cuando el balón empezó a rodar. Además, los refuerzos en verano tardaron en llegar y todo, incluido el técnico, eran nuevos, por lo que pocos podían pensar que el Mirandés llegaría a estas alturas en una posición saneada a doce puntos del descenso.

Pero el conjunto ha respondido durante la temporada y ha tenido grandes encuentros. El último en Vallecas. Por eso durante un momento hubo licencia para soñar en Anduva, que veía como el play off podía llegar a ser un objetivo por el que al menos pelear gracias a un equipo joven pero valiente. Ahora está casi imposible, porque los rojillos están a ocho puntos de la fase de ascenso con 21 en juego. 

El curso pasado, con Andoni Iraola en el banquillo, se vivió una situación similar. Curiosamente, con 35 jornadas disputadas tenían los mismos 48 puntos que tiene ahora el bloque de José Alberto. Sin embargo, este curso los equipos punteros han hecho mejor los deberes y el sexto -el Rayo de Iraola- suma 56 puntos, que son seis más de los que tenía el Elche la temporada pasada.

Al Mirandés le ha faltado poco para engancharse al vagón de firmes aspirantes en esta parte de la competición. Sin duda, uno de los condicionantes para entender que no se subiera tiene que ver con el brote de coronavirus.José Alberto ha reconocido que el esfuerzo físico que han acumulado los jugadores ha condicionado su rendimiento en los últimos encuentros. Al parón que tuvieron en los entrenamientos, se sumaron las bajas, los síntomas de la enfermedad en los contagiados, y posteriormente la distribución de los partidos aplazados, que ha obligado a jugar muchos en pocos días, con el equipo todavía resentido por el brote.

Además del plano físico, el mental también ha pesado como indicó el técnico, porque en las piernas a estas alturas todos los equipos están cansados. Pero en la mente de la plantilla jabata, los puertos de montaña se han encadenado y para afrontarlos también hay un desgaste metal, que también ha impedido que el Mirandés dé un plus en los últimos duelos.