El Plantío ha lucido sus encantos en los dos últimos encuentros ligueros. El importante lavado de cara al que se le ha sometido al estadio municipal para cumplir con las normas que exige LaLiga ha hecho que muchos queden sorprendidos con las imágenes que se han podido ver por televisión.

Sin embargo, la realidad es otra cuando se levantan las alfombras de la instalación. Tras la cubierta se descubren escombros, zanjas y se pueden apreciar las ruinas de los antiguos locales que se albergaban en los bajos de El Plantío. Detrás del panelado aún siguen en pie los vestuarios de La Corrala o la barra del Estudio 27. Cada vez que se abre una de las puertas que dan acceso a los bajos del estadio el aspecto es ruinoso y llama la atención que la obra se diera en su momento por acabada.

Esta situación preocupa en el seno del Burgos CF. Sus dirigentes insisten en que lo único que piden es que los habitáculos que están bajo las gradas tengan «unas condiciones mínimas» y así se lo han hecho saber al Ayuntamiento. Son conscientes de que para poder sacar un rendimiento económico a estos espacios deberán invertir, pero creen que el estado en el que se encuentran en estos momentos no es admisible. «No estamos pidiendo que queden perfectos, pero tampoco como están ahora», comentan los dirigentes.

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