AUGC: La Guardia Civil pierde 60 agentes en un mes en Burgos

I. ELICES
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La orden de que todos los puestos presten servicio de atención al ciudadano a diario «ni siquiera se planteó en la provincia por la escasez de personal», denuncia

La instrucción de la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, al jefe de la Guardia Civil de la XII Zona (incluye Castilla y León), Clemente García Barrios, para que todos los cuarteles de la región presten servicio de atención ciudadana todos los días hábiles de la semana en horario de trabajo «ni siquiera se ha llegado a plantear» en la Comandancia de Burgos, según asegura la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). No es que los mandos burgaleses hayan desoído la orden, «sino que es de todos sabido que aquí no hay personal suficiente para cumplir con esa medida». «En muchas demarcaciones si se abre la oficina no hay patrullas», explican desde la organización. Y el déficit de plantilla va a peor, pues en el último mes «casi 60 agentes han abandonado» la provincia por su traslado a otros destinos.

Los concursos han provocado «una sangría» de efectivos que ha dejado «muy mermada una plantilla ya de por sí escasa» y que se agrava con el anuncio de las próximas vacantes a nivel nacional, puesto que no se ha publicado ninguna en territorio burgalés.

La AUGC estima «muy preocupante esta situación», que deja unidades con dos, tres o cuatro guardias civiles y comarcas -como la de Medina de Pomar- con solo 30 agentes, lo que hace «imposible» garantizar patrullas o ni tan siquiera atender al ciudadano en los cuarteles de las poblaciones más pequeñas». Hay localidades que «no ven una patrulla de la Guardia Civil desde hace meses, y si la ven es porque han llamado al necesitar su presencia», abundan desde la organización.

Además, el problema puede agravarse si más efectivos abandonan la provincia en los próximos cuatro meses, ya que la Comandancia de Burgos «no es un destino muy atractivo ni en lo profesional ni en lo social, fiel reflejo de la despoblación del mundo rural que vive esta provincia».

El jefe de la Comandancia de Burgos, Alfonso Martín, prometió el día de la patrona del Cuerpo «presencia, contacto, cercanía y atención» a las personas que viven en el medio rural. Pero al mismo tiempo advertía de que el Instituto Armado cumpliría con ese compromiso «en la medida de lo posible». Y es que el teniente coronel no era -y no es- ajeno a las carencias de personal en Burgos. En esa jornada informaba de que la tasa de cobertura de plazas se situaba en el 81%, un índice «comparable» al de otros territorios, aunque «algo más bajo de lo normal, dos puntos». Confió en que los concursos de traslados palien la falta de recursos humanos, pero por el momento parece que no es así. Como hándicap propio de Burgos alertó de que hay «pocos» efectivos de la Benemérita que sean originarios de la provincia, lo que la convierte en muchas ocasiones en un destino de paso, según la propia AUGC.

En Burgos, por tanto, se mantiene la orden de abrir los cuarteles para la atención al ciudadano solo unos días específicos, «con el fin de no hacer evidente así la falta de personal ni la necesidad de una reestructuración de las unidades», afirman en la asociación. Este tipo de actuaciones chocan con la «tozuda realidad de escasez de personal y empeoran si cabe el problema, pues se detraen efectivos para patrullar las localidades, con la consiguiente disminución de la presencia de patrullas en prevención de delincuencia y para asistir al ciudadano cuando este lo requiera». Para AUGC, este cóctel de falta de agentes, patrullas y cuarteles potencialmente efectivos puede ocasionar «un repunte del índice delictivo, ya que, a menor presencia policial en la calle, mayor delincuencia en forma de robos, hurtos, etc».

AUGC reclama «con más fuerza que nunca» una reubicación urgente de las unidades de Burgos, reorganizándolas en unidades más grandes, con más personal y con suficiente potencial para garantizar una patrulla y una atención al ciudadano durante las 24 horas, para que no suceda como hasta ahora, donde solo un cartel en la puerta recuerda al ciudadano el horario posible de apertura y que obliga a veces a desplazarse a otra localidad para presentar una denuncia o realizar una simple consulta.