Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Bla, bla, bla

09/11/2021

Fue uno de los eslóganes más coreados en las manifestaciones contra el cambio climático, especialmente en la de Glasgow, donde sigue celebrándose una cumbre que, de momento, no deja más que declaraciones, discursos, palabras y más palabras. O sea, mucho bla, bla, bla. Por eso, precisamente por eso, los manifestantes pedían en la capital escocesa "No más bla, bla, bla". Y es que existe la convicción, muy extendida, de que, tras quince días de reuniones y reuniones, no habrá acuerdos que paren, o mermen, el temido cambio climático. Y eso que todos coinciden en que el peligro está ahí, cada vez más cerca, cada vez más presente, que el calentamiento del planeta abre la puerta a fenómenos extremos y dañinos, que las olas de calor, los incendios, las inundaciones no son inventos de los alarmistas, sino amenazas reales. Pero una cosa es reconocerlo ante un selecto auditorio, sea en Glasgow o donde sea, y otra cosa muy distinta aplicar medidas que puedan resultar impopulares. Y así vemos como los presidentes de China y Rusia, dos de los países más contaminantes y con más intereses en los combustibles fósiles, ni siquiera se acercaron por Escocia. E India, otra de las naciones que más poluciona, habla de 2070 como horizonte para tomar medidas serias. Y cuando se habla de poner sobre la mesa 100.000 millones de euros anuales para que los países pobres reduzcan sus emisiones tóxicas, muchos escarban, dudan y dejan los compromisos para más adelante. Cuán largo me lo fiáis. ¿Dónde quedan los aplausos unánimes y aprobatorios al discurso inicial del secretario de la ONU, Antonio Guterres, quién afirmo que "estamos cavando nuestra propia tumba" y "basta de tratar a la naturaleza como un váter". Todos asintieron, le dieron la razón, pero luego, en las sesiones siguientes, vinieron las mermas, los echarse para atrás. Verbigracia: si se cumpliesen las promesas de todos los países, el calentamiento se quedaría en 1,8 grados, menos del tope fijado en los acuerdos de París, pero…¡Ay los peros! Nos pueden llevar al desastre. Y antes de lo previsto. Estamos jugando con fuego. Lo sabemos, pero…