Frente al reto del cáncer de páncreas

Angélica González
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Anualmente se diagnostican en Burgos entre 50 y 70 casos de un tumor difícil y con poca supervivencia. Un equipo multidisciplinar de especialidades -Cirugía, Oncología, Medicina Interna...- aborda la patología en el HUBU

Ana López, del servicio de Oncología Médica, y Javier Sánchez Manuel, jefe del servicio de Cirugía General. - Foto: Valdivielso

El pasado 9 de abril se dio a conocer una magnífica noticia para el conjunto de la sociedad, en general, y, en particular, para las familias que se han visto afectadas en algunos de sus miembros por el cáncer de páncreas: El equipo que dirige el bioquímico Mariano Barbacid, del Centro de Investigaciones Oncológicas, consiguió curar esta temible enfermedad en ratones modificados genéticamente, lo que abre una puerta a la esperanza en la lucha contra este tumor, que es uno de los más letales que existen y cuya supervivencia a los cinco años no supera el 5%. El logro conseguido en animales -eso lo dejó muy claro el investigador- no significa que ahora mismo pueda servir a los pacientes pero sí que despeja, de algún modo, el camino para que en unos años se pueda encontrar un fármaco que inhiba la actividad del gen denominado KRAS, en el que aparece la mutación en más del 95% de los casos de este cáncer.

Se trata de un avance significativo e ilusionante para el conjunto de la comunidad científica, que en la actualidad está de acuerdo en que lo que hay que ofrecer a los pacientes es la certeza de que van a recibir la mejor cirugía -en los casos en los que esté indicada, que no son todos- y las opciones terapéuticas más adecuadas entre las que actualmente están a su alcance. «Siempre se puede dar alguna esperanza, siempre se puede hacer algo: las mejores técnicas quirúrgicas, el trabajo conjunto de todos los profesionales que permita actuar sobre el dolor, dar a los pacientes calidad de vida o evitar el color amarillento que les provoca la enfermedad», explica Javier Sánchez Manuel, jefe del servicio de Cirugía General del Hospital Universitario de Burgos y miembro del equipo multidisciplinar que en este centro sanitario aborda una enfermedad que, según reconoce, es muy complicada. Tal es así que cuando se le pregunta por la supervivencia la califica de «horrible»: «He consultado los datos desde 2014 y es una debacle, estamos intentando llegar a los dos años en las personas a las que operamos, porque los que no reciben cirugía no pasan de algunos meses. Es cierto que hay supervivencias que nos sorprenden y eso es lo que nos hace no perder la esperanza, pero no es lo general».

Así, cirujanos generales, oncólogos médicos y radioterapeutas, internistas, patólogos o anestesistas son algunos de los profesionales que forman parte de este grupo que trabaja para dar la mejor solución cuando reciben un caso de páncreas: «Podemos decir que no hay mejor  grupo de profesionales en la comunidad autónoma», presume Sánchez Manuel. Anualmente, se diagnostican en la provincia entre 50 y 70 casos. La oncóloga médica Ana López explica que, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica de 2018, el de páncreas es el octavo cáncer en incidencia (número de casos nuevos) en el país, pero su prevalencia (número de casos totales)es baja por la poca supervivencia que tiene: «Esto se debe a que le encontramos avanzado. Se trata de una enfermedad metastásica casi desde el principio, de tal manera que los tumores que se encuentran en condiciones de ser resecados, es decir, quitados completamente, no pasan del 20%».

El perfil del paciente tiene entre 50 y 70 años y, como indica el cirujano, no tiene por qué haber tenido especiales complicaciones de salud previas: «Suele presentar molestias abdominales que se pueden achacar a cualquier cosa y que remiten con analgésicos. En algunos casos, aparece una diabetes en pacientes que, en principio, no serían propensos por no presentar obesidad, y en otros, se aprecia un color amarillento en la piel. Cuando se someten a una analítica aparecen valores alterados y son derivados al hospital -bien al servicio de Urgencias o de Medicina Interna- donde se trabaja de forma multidisciplinar con ellos».

La oncóloga explica que ante un cáncer de páncreas se contemplan cuatro situaciones diferentes: Les hay que son resecables (como se ha dicho, una pequeña parte) y en estos se procede a la intervención quirúrgica «aunque tienen una tasa alta de recaídas y necesitan quimioterapia»; los que están en el límite de la resecabilidad, que se tratan con quimioterapia y radioterapia; los que son claramente inoperables, que se abordan con quimioterapia, y los metastásicos.

Ambos profesionales coinciden en que se trata de un reto apasionante el que plantea esta enfermedad. «Desde el punto de vista técnico-quirúrgico es un desafío formidable porque la relación que tiene el páncreas con las estructuras venosas y, por tanto, el compromiso de todo el paquete intestinal hace que la resección se salga de lo ordinario y precise de intervenciones de no menos de seis u ocho horas. Es una cirugía muy compleja para la que hay que seleccionar muy bien a los pacientes», afirma Sánchez Manuel.

Por su parte, Ana López, especializada en tumores digestivos, habla de la complejidad del cáncer de páncreas desde el punto de vista de su especialidad: «Cuando tratamos el páncreas, tratamos el propio tumor y lo que llamamos su microambiente tumoral, es decir, todo lo que le rodea, una encrucijada de células, matriz celular, fibras y otros componentes, y ese estroma, esa estructura que rodea el tumor, a veces constituye una barrera a los propios tratamientos. Por eso, ahora el desarrollo está en usar agentes que ayuden a penetrar la inmunoterapia actuando en el estroma».

En este sentido, añade que hay un grupo que se beneficia mucho de esta terapia -los tumores con lo que se denomina inestabilidad microsatelital- pero no son los mayoritarios, más bien al contrario, suponen solo un 1% de todos los cánceres de páncreas. «Hay nuevos agentes de quimioterapia que han aumentado la supervivencia pero sigue habiendo un límite aunque en Oncología Médica las cosas están en constante cambio».