Menos mujeres y en peor nivel jerárquico en Miranda

Ó.C.
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El Ayuntamiento mirandés elabora el Plan de Igualdad para suplir las diferencias entre sexos. El texto lleva año y medio de retraso

La plantilla actual tiene diferencias en cuanto a hombres y mujeres, pero el Ayuntamiento trabaja para equipararlos. - Foto: Ó.C.

La plantilla municipal de Miranda contabiliza 400 trabajadores con 166 mujeres y 234 hombres. La distribución refleja una división próxima al 60 y 40% y evidencia una primera diferencia en cuanto al número, pero además, en lo que se refiere al nivel jerárquico, las estadísticas también demuestran que poseen menos peso en los puestos superiores. La idea se extrae al ver las cifras solicitadas por la Concejalía para crear el Plan de Igualdad de la plantilla del Ayuntamiento, un documento con el que precisamente buscarán acercar el papel que desempeña cada uno de los sexos, como indica la concejala responsable, Begoña González.

El informe tenía que estar terminado en marzo de 2020, pero la dificultad para obtener los datos y la pandemia retrasaron su finalización. Para redactarlo, el Ayuntamiento ha contratado a través de las subvenciones del Ecyl a una técnica de Igualdad, que supervisará la confección del texto «en cuya elaboración también estarán los grupos políticos y los sindicatos», indica Sandra Castillo, que estará en la plantilla hasta febrero cuando piensa llegar «con el diagnóstico de la plantilla acabado y con el diseño y la redacción del plan empezado», a lo que la concejala añade que «espero» tenerlo terminado el próximo año. 

La división de la plantilla en cinco escalones refleja una disparidad y eso se traduce en menores salarios para las mujeres. En este caso, Castillo remarca que al hablar de una administración pública no existen una brecha salarial de sueldos para un mismo puesto, porque está regulado, pero la distribución de la plantilla esconde que en el Ayuntamiento los hombres cobran más, porque por lo general ocupan plazas de mayor responsabilidad.

En lo más alto de la pirámide aparecen los puestos de dirección, que además representan el único nivel en el que hay un equilibrio, ya que hay cuatro despachos para dos personas de cada sexo. A partir de este estrato aparecen mayores desigualdades, puesto que en las jefaturas de servicios, de los 23 trabajadores solo siete son mujeres o en los mandos intermedios, en los que responsables femeninas ocupan tres de cada diez sillas.

Un peldaño por debajo, en el personal técnico, está el grueso de la plantilla con 207 personas con 152 hombres. Las mujeres solo tienen un porcentaje dominante en el último escalafón, el del personal administrativo donde de 66 personas con 53 mujeres. En base a estos datos, Castillo indica que puede hablarse de una «segregación vertical» ya que existe un reparto desigual.

Otra de las diferencias que muestran los datos está en la naturaleza de las plazas en las que hay más trabajadoras femeninas. En este sentido, Castillo apela a una segregación horizontal, ya que «las mujeres se concentran en sectores como

Servicios Sociales, que son actividades dedicadas principalmente al cuidado». Precisamente ese departamento tiene el grado femenino más alto, ya que de 35 plazas solo cinco son hombres. En cambio, los servicios más masculinizados pertenecen a Policía Local y el de Contraincendios, en el que solo hay bomberos, ya que no hay mujeres en el parque.

Castillo matiza que todos estos datos los tienen que contrastar bien con todos los agentes, para hacer una radiografía lo más certera posible y «ver hasta qué punto hay que actuar en aspectos en los que puede haber carencias». Establecer estas líneas «hay que entender que es un proceso largo en el tiempo», para elaborar cada una de las directrices. Además han establecido la comisión negociadora y han formado las mesas de trabajo  que empezarán a reunirse en noviembre.

Al margen de las medidas a llevar a cabo para acercar la igualdad a la plantilla, Castillo puntualiza que «el plan también incluye otras partes que tienen que ver con la salud laboral, la sensibilización, la formación o el protocolo de acoso». En este último punto, la técnico indica que este otro documento blindará a las mujeres, que dispondrán de «una vía de denuncia confidencial», además de establecer procedimientos para hacer frente a las hipotéticas situaciones. El documento se pretende aprobar con el Plan de Igualdad de la plantilla.