Es una situación complicadísima la que en estos momentos están viviendo muchas mujeres burgalesas. El confinamiento consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha hecho que estén viviendo 24 horas con su maltratador y que, en muchos casos, hayan tenido que retrasar sine die la decisión de romper con la relación. Las técnicas de las asociaciones que se ocupan de apoyarlas reconocen que se trata de un momento muy complejo e intentan estar disponibles para ellas de forma casi permanente.

Amparo Martínez, psicóloga de La Rueda, explica que están manteniendo todas las citas aunque de forma telefónica: «Primero les envío un mensaje para que me digan si pueden hablar y ellas buscan algún momento como el de pasear al perro o salir a comprar, y, si él es de los que salen a trabajar aún, en esta situación pues aprovechamos ese tiempo que no está en casa para charlar». Se trata, en todo caso, de buscar estrategias para que en un momento en el que Martínez asegura «que están más asustadas que nunca y no saben cómo actuar», estas mujeres se sientan acompañadas. En este sentido, indica que ha establecido con ellas algunas palabras clave para que con ellas le transmitan a través de mensajería instantánea (whatsapp) o de correo electrónico si todo va bien o si hay algún problema.

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