La Unidad de mínima exigencia, que gestiona Cáritas Burgos y financia el Ayuntamiento de la capital, no cerrará sus puertas al comenzar abril, como ha ocurrido desde su inauguración. Este recurso, complementario al albergue de transeúntes y dirigido a personas que habitualmente duermen en la calle o en infraviviendas, estará disponible hasta mayo.
De forma excepcional, y aportando recursos propios para sufragar los costes de personal y de funcionamiento, Cáritas valoró principalmente las bajas temperaturas que se siguen registrando, especialmente por las noches. Además, el toque de queda por la pandemia y la necesidad de protegerse adecuadamente frente a posibles contagios también fueron motivos de peso para asumir un mes más de servicio.
Desde el pasado mes de noviembre y hasta el 31 de marzo se atendieron a 33 personas en la Unidad de mínima exigencia, con 29 hombres y cuatro mujeres, que sumaron un total de 432 pernoctaciones, y con edades comprendidas entre los 18 y los 74 años de edad.