El auge rehabilitador reduce a 16 los expedientes de ruina

J.M.
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La reactivación del mercado inmobiliario impulsa el arreglo de edificios que llevaban años abandonados. Otros deberán derribarse o someterse a una reforma

El auge rehabilitador reduce a 16 los expedientes de ruina - Foto: Luis López Araico

La Concejalía de Licencias del Ayuntamiento de Burgos abrió el año pasado 16 expedientes de ruina sobre inmuebles de la ciudad que presentan, en distinto grado, algún tipo de deterioro. Algunos de ellos están condenados a su derribo y otros deberán someterse a una rehabilitación para conseguir su conservación. Aunque puedan parecer muchos, el análisis que se hace en el Consistorio es que la «recuperación económica» y la reactivación del mercado inmobiliario ha reducido a mínimos este tipo de casos.

Así lo cree la concejala de Licencias, Ana Bernabé, que detalla que en los últimos tiempos se han reactivado numerosas obras de rehabilitación para edificios que estuvieron durante años abandonados y para los que sus propietarios, a la espera de momentos mejores, no presentaban proyectos de mejora. Situaciones que ahora han cambiado para muchos de los casos. Junto a los 16 expedientes que se abrieron el año pasado, en el Consistorio estiman que de ejercicios anteriores -en los que la media se sitúa entre 25 y 30- apenas quedarán por resolver otros 15 o 20.

Frente a las iniciativas que con la recuperación económica salen del olvido, también hay otros edificios en los que los problemas entre distintos propietarios (o entre dueños e inquilinos) imposibilitan un buen final para estos inmuebles.

Esta situación es la que provoca la apertura de algunos expedientes de ruina que arrastran detrás importantes problemas ya que vienen derivados del choque de intereses entre las partes. En ocasiones, el de un propietario que quiere vaciar el inmueble para tirarlo y reconstruirlo frente a otro que considera que el edificio goza de un buen estado de salud. O que al menos piensa que no está tan mal como para tener que derribarlo.

Esa diferencia de pareceres es la que, al parecer, existe en el edificio del número 21 de la calle Cardenal Segura, cuyo expediente de ruina se abrió el pasado 7 de diciembre. En el Ayuntamiento, coincidiendo con la tesis de los inquilinos del local, no han visto hasta la fecha la necesidad de que el inmueble tenga que ser derribado y todo apunta a que su futuro se terminará dilucidando en el juzgado.

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